Por Revista Hagamos Contacto
En el mundo de hoy, donde trabajar se hace cada día más indispensable, nos olvidamos de la esencia del ser: equilibrio entre actividades cotidianas, trabajo y tiempo libre. Esa esencia nace con nosotros y se modifica a medida que crecemos y evolucionamos como seres individuales en permanente contacto con el medio que nos rodea.
Resulta de extrema importancia disfrutar del tiempo libre en familia, realizando actividades diversas que alimentan el espíritu y nos hagan sentir bien en el diario vivir. Las posibilidades que se abren ante nuestros hijos, ya sean niños o se encuentren en la adolescencia, se multiplican durante los fines de semana: practicar deportes, adquirir nuevos hobbies o dedicar más horas a las aficiones, leer, pasear, etc.
El tiempo libre de nuestros hijos (como el nuestro) ha de cumplir una triple misión: ha de ser un tiempo de descanso, diversión y desarrollo. Y si no, estaremos perdiendo el tiempo en vez de aprovecharlo.
Hay que tratar que existan núcleos de intereses comunes en familia, adaptados a los niveles de desarrollo de sus miembros. Esta tarea la tienen que empezar los padres desde cuando son muy pequeños los hijos animándolos a la práctica de actividades en las que los hermanos mayores ya están introducidos.
Resulta de extrema importancia disfrutar del tiempo libre en familia, realizando actividades diversas que alimentan el espíritu y nos hagan sentir bien en el diario vivir. Las posibilidades que se abren ante nuestros hijos, ya sean niños o se encuentren en la adolescencia, se multiplican durante los fines de semana: practicar deportes, adquirir nuevos hobbies o dedicar más horas a las aficiones, leer, pasear, etc.
El tiempo libre de nuestros hijos (como el nuestro) ha de cumplir una triple misión: ha de ser un tiempo de descanso, diversión y desarrollo. Y si no, estaremos perdiendo el tiempo en vez de aprovecharlo.
Hay que tratar que existan núcleos de intereses comunes en familia, adaptados a los niveles de desarrollo de sus miembros. Esta tarea la tienen que empezar los padres desde cuando son muy pequeños los hijos animándolos a la práctica de actividades en las que los hermanos mayores ya están introducidos.