Mundos fantásticos, imágenes llamativas y un mayor incentivo de los padres son algunos de los fenómenos de la literatura infantil.
Por Constanza Rojas, El Mercurio
José Ignacio Díaz, de nueve años, toma ansioso el sobre que tiene su nombre. Lo abre como si fuera un tesoro. Una vez al mes recibe en su casa este esperado envío, que no contiene dulces ni un juego de PlayStation: es una revista infantil de ciencias e historia.
Este episodio, en una sociedad que cada vez relega más la lectura, resulta una sorpresa. Y la explicación es que así como los niños y sus hábitos han cambiado con el tiempo, los libros infantiles les han seguido el paso con nuevas estrategias. Así han podido sobrevivir en el siglo XXI.
A continuación, algunos fenómenos que se observan actualmente en el mundo de la literatura infantil.
UN MUNDO MARAVILLOSO
Libros como "Papelucho" o "Los pecosos" retratan experiencias cotidianas de los niños, aventuras que suceden en un mundo parecido al suyo. Estas publicaciones tienen aún gran vigencia en librerías, pues los adultos de hoy los leyeron en su infancia, los disfrutaron y luego los compraron para sus hijos. Pero la nueva literatura infantil apunta a otro eje: la fantasía.
Pola Núñez, a cargo del área infantil de Random House Mondadori, explica el fenómeno: "Ahora, para luchar contra la televisión y el cine, el adulto entrega libros con elementos y mundos fantásticos. Hemos asumido que por ahí va el interés de los niños". De esta forma, se abordan temáticas similares a los videojuegos y películas, y así captan la atención de un niño o joven que se deja absorber fácilmente por un nuevo mundo. "Harry Potter" es sin duda el ejemplo emblemático de esta tendencia, al que se suman la serie "Artemis Fowl" y otros exitosos libros, como "Crepúsculo".
LECTURA DE IMÁGENES
"Uno puede distinguir inmediatamente un libro de los 70 y uno de 2000", asegura Juan Carlos Fau, dueño de la librería Qué Leo. Mientras antes las tapas eran blandas, el papel amarillento y las pocas ilustraciones eran en blanco y negro, hoy los colores brillantes e imágenes llamativas son indispensables. "Los niños son mucho más visuales actualmente, están rodeados por imágenes fuertes, entonces el ojo es más exigente", explica Katia Preminger, directora de Pedagogía en Educación Básica de la U. del Desarrollo.
Esto ha motivado que el material visual ya no sólo sea un elemento para captar la atención del niño que comienza a leer. Hay un nuevo énfasis en el cómic y las historietas, y en un producto que hoy tiene gran éxito: los libros álbum. En estas publicaciones, enfocadas a niños mayores, la ilustración es protagonista de cada página, y los dibujos son información complementaria al texto. El niño debe unir ambos mensajes para comprender el relato. En este material destacan las producciones del Fondo de Cultura Económica, con autores como Anthony Browne e Ian Falconer.
MÁS CONCIENCIA Y LIBROS
Mientras la venta de libros de adultos se ve en crisis, las editoriales y librerías han potenciado e incluso creado nuevas áreas infantiles. Random House Mondadori hace tres años lanzó su línea para niños, y la librería Qué Leo construyó un rincón especializado en 2007.
Liliana Sáez, gerenta comercial de Antártica Libros, comenta que son los padres los que al ver que hay material nuevo y atractivo llevan a los niños a las tiendas. Y los actores de la industria coinciden en que el principal factor es que se ha creado una conciencia social entre los adultos de que los libros son buenos. Juan Carlos Fau, dueño de Qué Leo, explica: "Se habla tanto de que es bueno leer que al final los padres que no son lectores tratan de que sus hijos sí lo sean".
Y Carmen Díaz, docente de la Facultad de Educación de la U. Católica de Chile, explica que esto es fundamental, porque una invitación a la lectura por parte del padre es más efectiva que la del profesor: "La relación afectiva nunca es la misma, los padres son un excelente mediador".
Por Constanza Rojas, El Mercurio
José Ignacio Díaz, de nueve años, toma ansioso el sobre que tiene su nombre. Lo abre como si fuera un tesoro. Una vez al mes recibe en su casa este esperado envío, que no contiene dulces ni un juego de PlayStation: es una revista infantil de ciencias e historia.
Este episodio, en una sociedad que cada vez relega más la lectura, resulta una sorpresa. Y la explicación es que así como los niños y sus hábitos han cambiado con el tiempo, los libros infantiles les han seguido el paso con nuevas estrategias. Así han podido sobrevivir en el siglo XXI.
A continuación, algunos fenómenos que se observan actualmente en el mundo de la literatura infantil.
UN MUNDO MARAVILLOSO
Libros como "Papelucho" o "Los pecosos" retratan experiencias cotidianas de los niños, aventuras que suceden en un mundo parecido al suyo. Estas publicaciones tienen aún gran vigencia en librerías, pues los adultos de hoy los leyeron en su infancia, los disfrutaron y luego los compraron para sus hijos. Pero la nueva literatura infantil apunta a otro eje: la fantasía.
Pola Núñez, a cargo del área infantil de Random House Mondadori, explica el fenómeno: "Ahora, para luchar contra la televisión y el cine, el adulto entrega libros con elementos y mundos fantásticos. Hemos asumido que por ahí va el interés de los niños". De esta forma, se abordan temáticas similares a los videojuegos y películas, y así captan la atención de un niño o joven que se deja absorber fácilmente por un nuevo mundo. "Harry Potter" es sin duda el ejemplo emblemático de esta tendencia, al que se suman la serie "Artemis Fowl" y otros exitosos libros, como "Crepúsculo".
LECTURA DE IMÁGENES
"Uno puede distinguir inmediatamente un libro de los 70 y uno de 2000", asegura Juan Carlos Fau, dueño de la librería Qué Leo. Mientras antes las tapas eran blandas, el papel amarillento y las pocas ilustraciones eran en blanco y negro, hoy los colores brillantes e imágenes llamativas son indispensables. "Los niños son mucho más visuales actualmente, están rodeados por imágenes fuertes, entonces el ojo es más exigente", explica Katia Preminger, directora de Pedagogía en Educación Básica de la U. del Desarrollo.
Esto ha motivado que el material visual ya no sólo sea un elemento para captar la atención del niño que comienza a leer. Hay un nuevo énfasis en el cómic y las historietas, y en un producto que hoy tiene gran éxito: los libros álbum. En estas publicaciones, enfocadas a niños mayores, la ilustración es protagonista de cada página, y los dibujos son información complementaria al texto. El niño debe unir ambos mensajes para comprender el relato. En este material destacan las producciones del Fondo de Cultura Económica, con autores como Anthony Browne e Ian Falconer.
MÁS CONCIENCIA Y LIBROS
Mientras la venta de libros de adultos se ve en crisis, las editoriales y librerías han potenciado e incluso creado nuevas áreas infantiles. Random House Mondadori hace tres años lanzó su línea para niños, y la librería Qué Leo construyó un rincón especializado en 2007.
Liliana Sáez, gerenta comercial de Antártica Libros, comenta que son los padres los que al ver que hay material nuevo y atractivo llevan a los niños a las tiendas. Y los actores de la industria coinciden en que el principal factor es que se ha creado una conciencia social entre los adultos de que los libros son buenos. Juan Carlos Fau, dueño de Qué Leo, explica: "Se habla tanto de que es bueno leer que al final los padres que no son lectores tratan de que sus hijos sí lo sean".
Y Carmen Díaz, docente de la Facultad de Educación de la U. Católica de Chile, explica que esto es fundamental, porque una invitación a la lectura por parte del padre es más efectiva que la del profesor: "La relación afectiva nunca es la misma, los padres son un excelente mediador".