Por Revista Dato Aviso.
Uno de los problemas más habituales de todos los escolares es desarrollar hábitos de estudio que sean los más adecuados para lograr un aprendizaje certero. Son varios los parámetros a cuidar a la hora de prepararse para el estudio; técnicas que quizás ayuden a mejorar incluso las notas.
Tener un lugar definido donde estudiar; debe ser siempre el mismo y ojalá el estudio sea a la misma hora. Evitar dejar las tareas para el fin de semana; es mejor dejar todo terminado el día viernes, así se siente que realmente se descansó el sábado y domingo haciendo otras actividades.
El lugar debe tener elementos básicos para el buen estudio: un escritorio y sillas de acuerdo al porte del niño, un espacio donde se encuentren ordenados los libros y cuadernos que pudiera necesitar, para evitar interrumpir el estudio. Nunca estudiar en la cama ni en el suelo porque hace incómodo el estudio y la espalda sufre más de lo debido.
El ambiente no debe tener elementos distractores, como televisión, teléfono, demasiados pósters, etc. También debe ser silencioso.
El lugar también debe ser ventilado y con una iluminación natural adecuada (del lado izquierdo del escritorio) y tener una temperatura adecuada.
Lo más aconsejable es que los niños no estudien por períodos demasiado prolongados, unos 90 y 120 minutos; si siente mucho agotamiento que salga del lugar por un 15 minutos, para cambiar de ambiente, pero que no se ponga ni a ver TV ni a jugar con sus amigos, porque después será muy difícil volver a tratar de motivarlo con el estudio.
Si al leer un texto no entiendes de qué se trata un término utiliza el diccionario que se encuentra a tu lado o bien encierra en un círculo la palabra y luego búscala y repasa el texto, para ver si tu comprensión es la correcta.
También es muy recomendable para algunos leer modulando las palabras aunque no sea en voz alta; servirá para estar más concentrados.
También es una muy buena idea subrayar aquellas ideas principales de un cuaderno o libro, que ayuden a comprender de mejor forma la materia estudiada. Como es una técnica muy personal que sólo sirve a la persona que lo está realizando, no es correcto hacerlo con libros que no nos pertenecen, que son prestados por la biblioteca o si es una edición de lujo.
Los resúmenes también son otro elemento importante al desarrollar el estudio, permiten entregar una visión general de lo que se ha estudiado; se pueden repasar más fácilmente, se puede establecer una jerarquía con las ideas estudiadas, y te ayuda a practicar la síntesis de ideas; los esquemas también ayudan en este sentido.
Lo vital en la creación de estos hábitos es el apoyo de los padres y la supervisión en el estudio, sobre todo en los primeros años, donde se forman los hábitos de estudio.
Uno de los problemas más habituales de todos los escolares es desarrollar hábitos de estudio que sean los más adecuados para lograr un aprendizaje certero. Son varios los parámetros a cuidar a la hora de prepararse para el estudio; técnicas que quizás ayuden a mejorar incluso las notas.
Tener un lugar definido donde estudiar; debe ser siempre el mismo y ojalá el estudio sea a la misma hora. Evitar dejar las tareas para el fin de semana; es mejor dejar todo terminado el día viernes, así se siente que realmente se descansó el sábado y domingo haciendo otras actividades.
El lugar debe tener elementos básicos para el buen estudio: un escritorio y sillas de acuerdo al porte del niño, un espacio donde se encuentren ordenados los libros y cuadernos que pudiera necesitar, para evitar interrumpir el estudio. Nunca estudiar en la cama ni en el suelo porque hace incómodo el estudio y la espalda sufre más de lo debido.
El ambiente no debe tener elementos distractores, como televisión, teléfono, demasiados pósters, etc. También debe ser silencioso.
El lugar también debe ser ventilado y con una iluminación natural adecuada (del lado izquierdo del escritorio) y tener una temperatura adecuada.
Lo más aconsejable es que los niños no estudien por períodos demasiado prolongados, unos 90 y 120 minutos; si siente mucho agotamiento que salga del lugar por un 15 minutos, para cambiar de ambiente, pero que no se ponga ni a ver TV ni a jugar con sus amigos, porque después será muy difícil volver a tratar de motivarlo con el estudio.
Si al leer un texto no entiendes de qué se trata un término utiliza el diccionario que se encuentra a tu lado o bien encierra en un círculo la palabra y luego búscala y repasa el texto, para ver si tu comprensión es la correcta.
También es muy recomendable para algunos leer modulando las palabras aunque no sea en voz alta; servirá para estar más concentrados.
También es una muy buena idea subrayar aquellas ideas principales de un cuaderno o libro, que ayuden a comprender de mejor forma la materia estudiada. Como es una técnica muy personal que sólo sirve a la persona que lo está realizando, no es correcto hacerlo con libros que no nos pertenecen, que son prestados por la biblioteca o si es una edición de lujo.
Los resúmenes también son otro elemento importante al desarrollar el estudio, permiten entregar una visión general de lo que se ha estudiado; se pueden repasar más fácilmente, se puede establecer una jerarquía con las ideas estudiadas, y te ayuda a practicar la síntesis de ideas; los esquemas también ayudan en este sentido.
Lo vital en la creación de estos hábitos es el apoyo de los padres y la supervisión en el estudio, sobre todo en los primeros años, donde se forman los hábitos de estudio.