Por Neva Milicic, sicóloga.
La capacidad de las personas de recuperarse de la adversidad y tener fortaleza frente a ella se ha llamado resiliencia. Este concepto, que pudiera parecer difícil de comprender, es un término que define muy bien lo que se quiere lograr en relación a la formación de la personalidad de los niños. La resiliencia es la característica que tienen algunos metales, como el mercurio, para volver a su forma original cuando han sido separados.
¿Recuerda usted los termómetros de mercurio? Cuando se quebraban, a lo mejor jugaba a separar los pedacitos y rápidamente ellos volvían a juntarse asumiendo su forma inicial. Es decir, se trata de un material muy flexible, pero a la vez resistente. Esta característica la ha tomado a la psicología para definir la búsqueda de un desarrollo de personalidades resilientes, es decir, que puedan recuperarse después de alguna adversidad. Esta característica se opondría a las personas vulnerables, que ante la menor dificultad, se desarman y que cuando se ofuscan o se ven sobrepasadas, les resulta muy difícil recuperar su estado inicial.
El término ha sido definido, entre otros, por el destacado psiquiatra inglés Rutter como un fenómeno demostrado por jóvenes que lo hacen bien de algún modo, a pesar de haber experimentado alguna forma de estrés. Son personas que resisten la adversidad y se recuperan mejor.
Escuchar, conocer o conectarse con historias de personas resilientes, ayuda a los niños a aprender por imitación, a desarrollar su capacidad de superar la adversidad cuando deban enfrentarse a ella. El conocer estas historias que de alguna manera configuran comportamientos heroicos, les facilita asimilar las fortalezas que están detrás de los comportamientos, y que ayudan a esas personas a superar las dificultades que van teniendo. Sin duda, estas historias les producen admiración y por lo tanto deseo de imitarlos.
Una lectura posible de Harry Potter, el personaje literario que ha tenido tanto éxito entre los niños, es que se trata de un niño resiliente. Es huérfano, fue recogido por unos tíos odiosos y vivía con un primo insoportable, que le hacía la vida imposible. Usa anteojos, y a pesar de todo ello, logra superar estas adversidades y convertirse en un héroe.
En la historia nacional es posible recuperar la resiliencia de algunos personajes, como Bernardo O’Higgins, quien a pesar de no ser reconocido por su padre y siendo objeto de burlas por la aristocracia criolla, llega a jugar en la historia nacional el papel de libertador de la nación.
Los escritores Pablo Neruda y Gabriela Mistral también dan muestra en su vida de esta importante característica, a través de superar con talento, esfuerzo y constancia las múltiples situaciones adversas que les tocó enfrentar. No solo lograron tolerar bien la adversidad sino que lograron crecer en ella.
Todas las personas en el transcurso de sus vidas van a tener que enfrentar dificultades de diversa magnitud, y por ello es necesario prepararlas para ello. Existen diversos factores ligados al contexto familiar y al ambiente escolar que favorecen el desarrollo de la resiliencia en los niños. Dentro de estos factores, el más importante es contar con la presencia de alguien que lo quiera incondicionalmente, que confíe plenamente en él y se lo exprese con frecuencia. Ayuda además a la resiliencia generar una atmósfera estimulante desde lo cognitivo y lo emocional, así como tener una actitud que favorezca la autonomía de los hijos.
La capacidad de las personas de recuperarse de la adversidad y tener fortaleza frente a ella se ha llamado resiliencia. Este concepto, que pudiera parecer difícil de comprender, es un término que define muy bien lo que se quiere lograr en relación a la formación de la personalidad de los niños. La resiliencia es la característica que tienen algunos metales, como el mercurio, para volver a su forma original cuando han sido separados.
¿Recuerda usted los termómetros de mercurio? Cuando se quebraban, a lo mejor jugaba a separar los pedacitos y rápidamente ellos volvían a juntarse asumiendo su forma inicial. Es decir, se trata de un material muy flexible, pero a la vez resistente. Esta característica la ha tomado a la psicología para definir la búsqueda de un desarrollo de personalidades resilientes, es decir, que puedan recuperarse después de alguna adversidad. Esta característica se opondría a las personas vulnerables, que ante la menor dificultad, se desarman y que cuando se ofuscan o se ven sobrepasadas, les resulta muy difícil recuperar su estado inicial.
El término ha sido definido, entre otros, por el destacado psiquiatra inglés Rutter como un fenómeno demostrado por jóvenes que lo hacen bien de algún modo, a pesar de haber experimentado alguna forma de estrés. Son personas que resisten la adversidad y se recuperan mejor.
Escuchar, conocer o conectarse con historias de personas resilientes, ayuda a los niños a aprender por imitación, a desarrollar su capacidad de superar la adversidad cuando deban enfrentarse a ella. El conocer estas historias que de alguna manera configuran comportamientos heroicos, les facilita asimilar las fortalezas que están detrás de los comportamientos, y que ayudan a esas personas a superar las dificultades que van teniendo. Sin duda, estas historias les producen admiración y por lo tanto deseo de imitarlos.
Una lectura posible de Harry Potter, el personaje literario que ha tenido tanto éxito entre los niños, es que se trata de un niño resiliente. Es huérfano, fue recogido por unos tíos odiosos y vivía con un primo insoportable, que le hacía la vida imposible. Usa anteojos, y a pesar de todo ello, logra superar estas adversidades y convertirse en un héroe.
En la historia nacional es posible recuperar la resiliencia de algunos personajes, como Bernardo O’Higgins, quien a pesar de no ser reconocido por su padre y siendo objeto de burlas por la aristocracia criolla, llega a jugar en la historia nacional el papel de libertador de la nación.
Los escritores Pablo Neruda y Gabriela Mistral también dan muestra en su vida de esta importante característica, a través de superar con talento, esfuerzo y constancia las múltiples situaciones adversas que les tocó enfrentar. No solo lograron tolerar bien la adversidad sino que lograron crecer en ella.
Todas las personas en el transcurso de sus vidas van a tener que enfrentar dificultades de diversa magnitud, y por ello es necesario prepararlas para ello. Existen diversos factores ligados al contexto familiar y al ambiente escolar que favorecen el desarrollo de la resiliencia en los niños. Dentro de estos factores, el más importante es contar con la presencia de alguien que lo quiera incondicionalmente, que confíe plenamente en él y se lo exprese con frecuencia. Ayuda además a la resiliencia generar una atmósfera estimulante desde lo cognitivo y lo emocional, así como tener una actitud que favorezca la autonomía de los hijos.