No les interesa la política tradicional, pero el 40% participa en otro tipo de grupos. Aquí, una mirada a las búsquedas actuales de los adolescentes chilenos.
Por Gabriela Bade, El Mercurio.
Saber lo que a los jóvenes les interesa es de esos hallazgos que abren puertas. Y uno de los aspectos clave del estudio "Participación política y social alternativa en jóvenes" es que identifica al menos cuatro tendencias mayoritarias en que ellos participan: en barras de fútbol, en agrupaciones que defienden los derechos de los animales, en grupos religiosos y en tribus urbanas.
El dato que echa por tierra el prejuicio de que los jóvenes no se comprometen y son abúlicos es que el 40% de ellos sí participa en grupos en grados muy alto y alto, y el 34% dice que lo hace en grado bajo o muy bajo. Claro que no lo hacen por canales tradicionales. "Responden a intereses más particulares que comunitarios", comenta Anton Lazzaro, del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública de la U. Central, y uno de los sociólogos a cargo de la investigación.
El estudio se hizo en noviembre de este año, y se basa en encuestas a 815 estudiantes de 2° y 3° medio de colegios privados, municipalizados y subvencionados de la Región Metropolitana.
En un pretesteo a 80 personas, explica Lazzaro, y tras menciones espontáneas, aparecieron estos intereses alternativos. "Fueron los jóvenes y no los investigadores los que identificaron sus grupos de acción, y ésos se usaron en la plantilla de la encuesta definitiva", explica el sociólogo.
Según este enfoque, los jóvenes canalizan su participación a través de grupos como barras de fútbol, minorías sexuales; grupos étnicos, anarquistas, libertarios, y agrupaciones pro defensa de los animales, de vegetarianos, religiosos y tribus urbanas.
"No deja de ser interesante que los grupos tradicionales como juntas de vecinos, por ejemplo, queden fuera como objetos de participación, y sean precisamente otras expresiones, más culturales, es decir, en un plano más simbólico identificativo, las que centralizan la participación de los jóvenes", comenta Raúl Zarzuri, director del Centro de Estudios Socioculturales.
"Hemos estado buscando la participación de los jóvenes en lugares equivocados (política, juntas de vecinos, etc.) y no en los espacios que son significativos para ellos", reflexiona la coordinadora del Instituto de Ciencias Sociales de la U. Diego Portales, María Luisa Méndez.
Legitimación pingüina
El grueso de la investigación está destinado a conocer la opinión de los jóvenes sobre política tradicional. Y la respuesta es lapidaria. No la sienten cercana, ni les interesa, ni creen que sea un aporte. Y aquellas organizaciones en las que supuestamente deberían participar, como centros de alumnos, tampoco los motivan lo suficiente.
La democracia también se valora poco: el 62,1% dice no tener ninguna relación con la democracia o la valora muy poco. Menos de la mitad de los encuestados (43,2%) dice que tiene una alta relación con esa forma de gobierno.
Rodrigo Asún, sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, se inspira en estudios anteriores para entregar una explicación: "Una verdadera democracia para un joven es una sociedad donde imperan la justicia social y la equidad. Cuando uno llega al discurso profundo, lo que ellos piden es más democracia".
Sobre el acto de votar, más de la mitad (56,7%) declara que al cumplir 18 años votaría si la inscripción fuera automática y el voto voluntario. A diferencia del 41,6%, que asegura que se inscribiría en los registros electorales al cumplir la mayoría de edad. "Los jóvenes muestran un cierto rechazo a los compromisos de los cuales no puedan desprenderse. Inscribirse, en la situación actual, significa quedar obligado para siempre", explica Asún.
No obstante esta desafección por la política tradicional, el movimiento estudiantil de 2006 es una marca de identidad para los jóvenes encuestados. El 33,9% dice que su compromiso con el proceso es alto y el 78,9% considera que la llamada "revolución pingüina" fue de importancia para el país. Y frente a la pregunta sobre si participaría en otra manifestación así, el 58,4% contesta afirmativamente.
Esto podría explicar que a la hora de calificar a las instituciones que les son más confiables, las mejor evaluadas sean las vinculadas a estos movimientos, como La Surda (nota 5,3) y las federaciones de estudiantes (4,6). Mientras que los partidos políticos se sacan el 2,5 y se ubican al final de la lista.
El dato curioso es la alta calificación de la Policía de Investigaciones, con nota 5,2. La explicación de los especialistas es la alta exposición mediática que tiene esta institución a través de programas de televisión y el cambio de imagen que hizo este año.
El factor crisis
Los jóvenes también están preocupados por los grandes temas de la actualidad. A la hora de definir sus prioridades, el 26,6% dice que lo que más le importa es la crisis económica. Lo segundo en importancia se vincula a su núcleo cercano: al 12,9% le importa el presente y futuro inmediato de su familia y amigos. En la tercera prioridad se vuelve a lo global: el 10,5% dice que le preocupan la contaminación y los temas ambientales. La educación aparece con un 9,3% de las preferencias, la delincuencia con el 8,1% y la discriminación social tiene 6,4%.
SIN BANDERA
EL 56% de los jóvenes no se siente identificado con ninguna tendencia política.
Por Gabriela Bade, El Mercurio.
Saber lo que a los jóvenes les interesa es de esos hallazgos que abren puertas. Y uno de los aspectos clave del estudio "Participación política y social alternativa en jóvenes" es que identifica al menos cuatro tendencias mayoritarias en que ellos participan: en barras de fútbol, en agrupaciones que defienden los derechos de los animales, en grupos religiosos y en tribus urbanas.
El dato que echa por tierra el prejuicio de que los jóvenes no se comprometen y son abúlicos es que el 40% de ellos sí participa en grupos en grados muy alto y alto, y el 34% dice que lo hace en grado bajo o muy bajo. Claro que no lo hacen por canales tradicionales. "Responden a intereses más particulares que comunitarios", comenta Anton Lazzaro, del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública de la U. Central, y uno de los sociólogos a cargo de la investigación.
El estudio se hizo en noviembre de este año, y se basa en encuestas a 815 estudiantes de 2° y 3° medio de colegios privados, municipalizados y subvencionados de la Región Metropolitana.
En un pretesteo a 80 personas, explica Lazzaro, y tras menciones espontáneas, aparecieron estos intereses alternativos. "Fueron los jóvenes y no los investigadores los que identificaron sus grupos de acción, y ésos se usaron en la plantilla de la encuesta definitiva", explica el sociólogo.
Según este enfoque, los jóvenes canalizan su participación a través de grupos como barras de fútbol, minorías sexuales; grupos étnicos, anarquistas, libertarios, y agrupaciones pro defensa de los animales, de vegetarianos, religiosos y tribus urbanas.
"No deja de ser interesante que los grupos tradicionales como juntas de vecinos, por ejemplo, queden fuera como objetos de participación, y sean precisamente otras expresiones, más culturales, es decir, en un plano más simbólico identificativo, las que centralizan la participación de los jóvenes", comenta Raúl Zarzuri, director del Centro de Estudios Socioculturales.
"Hemos estado buscando la participación de los jóvenes en lugares equivocados (política, juntas de vecinos, etc.) y no en los espacios que son significativos para ellos", reflexiona la coordinadora del Instituto de Ciencias Sociales de la U. Diego Portales, María Luisa Méndez.
Legitimación pingüina
El grueso de la investigación está destinado a conocer la opinión de los jóvenes sobre política tradicional. Y la respuesta es lapidaria. No la sienten cercana, ni les interesa, ni creen que sea un aporte. Y aquellas organizaciones en las que supuestamente deberían participar, como centros de alumnos, tampoco los motivan lo suficiente.
La democracia también se valora poco: el 62,1% dice no tener ninguna relación con la democracia o la valora muy poco. Menos de la mitad de los encuestados (43,2%) dice que tiene una alta relación con esa forma de gobierno.
Rodrigo Asún, sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, se inspira en estudios anteriores para entregar una explicación: "Una verdadera democracia para un joven es una sociedad donde imperan la justicia social y la equidad. Cuando uno llega al discurso profundo, lo que ellos piden es más democracia".
Sobre el acto de votar, más de la mitad (56,7%) declara que al cumplir 18 años votaría si la inscripción fuera automática y el voto voluntario. A diferencia del 41,6%, que asegura que se inscribiría en los registros electorales al cumplir la mayoría de edad. "Los jóvenes muestran un cierto rechazo a los compromisos de los cuales no puedan desprenderse. Inscribirse, en la situación actual, significa quedar obligado para siempre", explica Asún.
No obstante esta desafección por la política tradicional, el movimiento estudiantil de 2006 es una marca de identidad para los jóvenes encuestados. El 33,9% dice que su compromiso con el proceso es alto y el 78,9% considera que la llamada "revolución pingüina" fue de importancia para el país. Y frente a la pregunta sobre si participaría en otra manifestación así, el 58,4% contesta afirmativamente.
Esto podría explicar que a la hora de calificar a las instituciones que les son más confiables, las mejor evaluadas sean las vinculadas a estos movimientos, como La Surda (nota 5,3) y las federaciones de estudiantes (4,6). Mientras que los partidos políticos se sacan el 2,5 y se ubican al final de la lista.
El dato curioso es la alta calificación de la Policía de Investigaciones, con nota 5,2. La explicación de los especialistas es la alta exposición mediática que tiene esta institución a través de programas de televisión y el cambio de imagen que hizo este año.
El factor crisis
Los jóvenes también están preocupados por los grandes temas de la actualidad. A la hora de definir sus prioridades, el 26,6% dice que lo que más le importa es la crisis económica. Lo segundo en importancia se vincula a su núcleo cercano: al 12,9% le importa el presente y futuro inmediato de su familia y amigos. En la tercera prioridad se vuelve a lo global: el 10,5% dice que le preocupan la contaminación y los temas ambientales. La educación aparece con un 9,3% de las preferencias, la delincuencia con el 8,1% y la discriminación social tiene 6,4%.
SIN BANDERA
EL 56% de los jóvenes no se siente identificado con ninguna tendencia política.