Por Neva Milicic, sicóloga.
Estamos asistiendo a una verdadera epidemia de trastornos del sueño en niños y adolescentes. Algunos estudios reportan que alrededor de un tercio de los adolescentes duerme menos de las nueve horas recomendadas por los especialistas.
Este desorden en los hábitos de sueño tiene repercusiones biológicas y psicológicas negativas, que es necesario tener en cuenta. Se hace necesario entregar esta información a los niños, a los jóvenes y a sus padres, para que tomen conciencia de que no dormir lo suficiente es definitivamente nocivo para la salud.
Uno de los argumentos que suele convencer más a los niños es que la hormona del crecimiento se secreta durante el sueño y que esta hormona es a su vez responsable de la regeneración neuronal. Por lo tanto, dormir poco tendría un efecto negativo sobre la talla que pueden alcanzar. Además se estima que tiene un efecto en la obesidad, entre otros.
Una parte de la responsabilidad del mal dormir de nuestros niños parece tenerla las nuevas tecnologías. Muchos adolescentes en vez de dormir, se quedan a veces chateando con sus amigos hasta altas horas de la noche, o bien, se quedan jugando en el computador en una actitud que ellos mismos reconocen como adictiva. No es menor el número de niños que ve televisión desde su cama por la mala costumbre de tener televisión en la pieza.
En un colegio de Santiago, que organizó un foro sobre el tema de las tecnologías virtuales con la participación de alumnos(as) de enseñanza media, ellos decían: “Aunque reclamemos contra nuestros padres, entendemos que es necesario que nos ayuden a regular el tiempo que dedicamos al computador ya que para nosotros es muy difícil”.
Una recomendación básica es que los televisores ni los computadores deben estar en la pieza de los niños ni de los adolescentes, ya que la tentación es demasiado grande, y si se les crea el hábito de ver televisión antes de dormir, será muy difícil erradicarlo posteriormente. De ahí el título del artículo: el dormitorio debe ser el lugar que el niño asocie con dormir y no con otros juegos.
Otro efecto nocivo del mal dormir es una disminución significativa la capacidad de atención y concentración y también de la creatividad y el lenguaje.
El tratamiento de los trastornos del sueño en los niños diagnosticados como portadores del síndrome de déficit atencional, con o sin trastornos de aprendizaje, ha demostrado una mejoría importante en el rendimiento académico. Hay cada vez más investigaciones que demuestran esta correlación, ya no sólo se piensa que estos niños tienen más trastornos del sueño, sino que se ha llegado a plantear que los trastornos del sueño podrían ser agentes causales del síndrome.
La polémica está abierta, pero que el no dormir lo suficiente afecta a los niños es indiscutible. Pero incluso en niños sin diagnóstico de déficit atencional, la disminución de las horas que deberían dedicar al dormir les afecta significativamente la concentración.
Como el sueño es un hábito, es importante levantarse y acostarse a la misma hora, cuidar que la habitación sea lo más silenciosa posible, con una temperatura apropiada y que tenga buena ventilación. Ojo con la alimentación, la cafeína, las bebidas colas, los colorantes y preservantes; están siendo cuestionados; prefiera una alimentación lo más natural y saludable posible.
Las horas antes de dormir deben ser tranquilas y placenteras, sin peleas con los niños ni exponerlos a presenciar discusiones violentas entre los padres. Muchos niños con trastornos del sueño se quejan de tener que escuchar o ser testigos de agresiones en la noche entre sus padres.
Con mucha pena un niño de siete años me decía después de la separación de sus padres. “Por lo menos ahora, puedo dormir, porque no tengo que oír sus peleas”. Los padres del niño quedaron sorprendidos porque ellos pensaban que eran muy discretos para pelear.
Si a pesar de su esfuerzo, no logra que su hijo(a) duerma las nueve horas necesarias para asegurar el descanso que le permitirá estar con energía, tener un ánimo positivo, concentrarse, crecer normalmente y reparar su sistema nervioso, no dude en pedir ayuda.
Estamos asistiendo a una verdadera epidemia de trastornos del sueño en niños y adolescentes. Algunos estudios reportan que alrededor de un tercio de los adolescentes duerme menos de las nueve horas recomendadas por los especialistas.
Este desorden en los hábitos de sueño tiene repercusiones biológicas y psicológicas negativas, que es necesario tener en cuenta. Se hace necesario entregar esta información a los niños, a los jóvenes y a sus padres, para que tomen conciencia de que no dormir lo suficiente es definitivamente nocivo para la salud.
Uno de los argumentos que suele convencer más a los niños es que la hormona del crecimiento se secreta durante el sueño y que esta hormona es a su vez responsable de la regeneración neuronal. Por lo tanto, dormir poco tendría un efecto negativo sobre la talla que pueden alcanzar. Además se estima que tiene un efecto en la obesidad, entre otros.
Una parte de la responsabilidad del mal dormir de nuestros niños parece tenerla las nuevas tecnologías. Muchos adolescentes en vez de dormir, se quedan a veces chateando con sus amigos hasta altas horas de la noche, o bien, se quedan jugando en el computador en una actitud que ellos mismos reconocen como adictiva. No es menor el número de niños que ve televisión desde su cama por la mala costumbre de tener televisión en la pieza.
En un colegio de Santiago, que organizó un foro sobre el tema de las tecnologías virtuales con la participación de alumnos(as) de enseñanza media, ellos decían: “Aunque reclamemos contra nuestros padres, entendemos que es necesario que nos ayuden a regular el tiempo que dedicamos al computador ya que para nosotros es muy difícil”.
Una recomendación básica es que los televisores ni los computadores deben estar en la pieza de los niños ni de los adolescentes, ya que la tentación es demasiado grande, y si se les crea el hábito de ver televisión antes de dormir, será muy difícil erradicarlo posteriormente. De ahí el título del artículo: el dormitorio debe ser el lugar que el niño asocie con dormir y no con otros juegos.
Otro efecto nocivo del mal dormir es una disminución significativa la capacidad de atención y concentración y también de la creatividad y el lenguaje.
El tratamiento de los trastornos del sueño en los niños diagnosticados como portadores del síndrome de déficit atencional, con o sin trastornos de aprendizaje, ha demostrado una mejoría importante en el rendimiento académico. Hay cada vez más investigaciones que demuestran esta correlación, ya no sólo se piensa que estos niños tienen más trastornos del sueño, sino que se ha llegado a plantear que los trastornos del sueño podrían ser agentes causales del síndrome.
La polémica está abierta, pero que el no dormir lo suficiente afecta a los niños es indiscutible. Pero incluso en niños sin diagnóstico de déficit atencional, la disminución de las horas que deberían dedicar al dormir les afecta significativamente la concentración.
Como el sueño es un hábito, es importante levantarse y acostarse a la misma hora, cuidar que la habitación sea lo más silenciosa posible, con una temperatura apropiada y que tenga buena ventilación. Ojo con la alimentación, la cafeína, las bebidas colas, los colorantes y preservantes; están siendo cuestionados; prefiera una alimentación lo más natural y saludable posible.
Las horas antes de dormir deben ser tranquilas y placenteras, sin peleas con los niños ni exponerlos a presenciar discusiones violentas entre los padres. Muchos niños con trastornos del sueño se quejan de tener que escuchar o ser testigos de agresiones en la noche entre sus padres.
Con mucha pena un niño de siete años me decía después de la separación de sus padres. “Por lo menos ahora, puedo dormir, porque no tengo que oír sus peleas”. Los padres del niño quedaron sorprendidos porque ellos pensaban que eran muy discretos para pelear.
Si a pesar de su esfuerzo, no logra que su hijo(a) duerma las nueve horas necesarias para asegurar el descanso que le permitirá estar con energía, tener un ánimo positivo, concentrarse, crecer normalmente y reparar su sistema nervioso, no dude en pedir ayuda.