Por Neva Milicic, sicóloga. La crítica a los hijos —aunque sea justa y verbalizada de la mejor manera posible por quien la hace— tiene un efecto doloroso que, de una forma o de otra, muchas veces los padres tratan de evitar. Para ello se ponen en juego mecanismos defensivos no conscientes, orientados a negar o disminuir el problema. Sin embargo estos mecanismos a la larga pueden ser muy desadaptativos, a la hora de intentar solución los problemas, porque al no haberles prestado atención a tiempo, las dificultades pueden haberse acrecentado y tornarse inmanejables. En la medida que lo que más se quiere y valoran son los hijos, es imposible permanecer indiferente a las críticas que se formulan acerca de ellos, especialmente cuando se percibe que son criticados en forma descontextualizada o las críticas son realizadas en forma muy agresiva. Aprender a recibir la retroalimentación negativa en forma menos defensiva puede ayudarnos a resolver los problemas, ya que nos da acceso a información
Asociación de Padres de Familia del Instituto de Humanidades Luis Campino | Santiago de Chile