Algo tan ajeno al estudio como organizar fiestas o trabajar medio tiempo en la universidad demuestran competencias como la responsabilidad y la flexibilidad, que son cada vez más valoradas por las empresas a la hora de contratar a un recién egresado.
Por Katerinne Pavez, La Tercera.
Todavía, el 70% de las empresas se fija en el título de un postulante recién egresado a la hora de darle un puesto.
Pero cada vez más están prestando atención a detalles que pocos se atreverían a calificar de importantes a primera vista.
Por ejemplo, que el estudiante haya tenido un pequeño negocio, como vender dulces a sus compañeros a la salida de clases o que haya realizado ayudantías.
Esto, que hasta hace unos siete años era visto como meras anécdotas por los reclutadores de jóvenes profesionales, ha cobrado importancia a la hora de predecir si un empleado será idóneo para un cargo, en el que se le exigirán competencias como responsabilidad, flexibilidad y capacidad de hacer varias tareas a la vez.
La tendencia a mirar la trayectoria extraacadémica de un postulante creció junto con el aumento en el número de empresas que optan por contratar a profesionales de alto potencial para entrenarlos por dos años en varias tareas, una modalidad conocida como Traineé.
Por esta razón, si bien el título sigue pesando, el otro 30% de las exigencias de un empleador tiene que ver con competencias blandas, que no sólo se desarrollan en las clases.
Según datos de Trabajando.com, los empleadores también valoran cosas como haber trabajado y estudiado, porque es un signo de que sabe organizar y manejar su tiempo, y haber hecho ayudantías, porque el egresado sabe planificar tareas y enfrentar a un público.
Birgit Nevermann, gerenta de Laborum Selección, explica que, en general, "las empresas buscan a gente dinámica y que no frunza la nariz cuando le piden algo que no es de su directa competencia".
Y ese potencial se puede ver en un currículum de un recién egresado.
"Se valoran cosas que pueden parecer mínimas, como haber montado un negocio pequeño, eso demuestra capacidad emprendedora, o que fuera alguien que organizara actividades como fiestas y paseos".
Las actividades formales siguen importando: estar entre los mejores de la generación es visto como una señal de que un estudiante fue responsable, algo que se valora mucho al contratar a un recién egresado.
La Importancia del Título
Para los recién egresados el título sigue siendo una barrera importante, porque la universidad y la profesión que se adquirió actúan como un seguro para los empleadores.
Sin embargo, a los tres años, la importancia del título se reduce a 30% y aparece la experiencia laboral, con un 50%.
Y al sexto año, los empleadores dejan de fijarse en el "cartón", que es reeemplazado totalmente por la experiencia.
Por Katerinne Pavez, La Tercera.
Todavía, el 70% de las empresas se fija en el título de un postulante recién egresado a la hora de darle un puesto.
Pero cada vez más están prestando atención a detalles que pocos se atreverían a calificar de importantes a primera vista.
Por ejemplo, que el estudiante haya tenido un pequeño negocio, como vender dulces a sus compañeros a la salida de clases o que haya realizado ayudantías.
Esto, que hasta hace unos siete años era visto como meras anécdotas por los reclutadores de jóvenes profesionales, ha cobrado importancia a la hora de predecir si un empleado será idóneo para un cargo, en el que se le exigirán competencias como responsabilidad, flexibilidad y capacidad de hacer varias tareas a la vez.
La tendencia a mirar la trayectoria extraacadémica de un postulante creció junto con el aumento en el número de empresas que optan por contratar a profesionales de alto potencial para entrenarlos por dos años en varias tareas, una modalidad conocida como Traineé.
Por esta razón, si bien el título sigue pesando, el otro 30% de las exigencias de un empleador tiene que ver con competencias blandas, que no sólo se desarrollan en las clases.
Según datos de Trabajando.com, los empleadores también valoran cosas como haber trabajado y estudiado, porque es un signo de que sabe organizar y manejar su tiempo, y haber hecho ayudantías, porque el egresado sabe planificar tareas y enfrentar a un público.
Birgit Nevermann, gerenta de Laborum Selección, explica que, en general, "las empresas buscan a gente dinámica y que no frunza la nariz cuando le piden algo que no es de su directa competencia".
Y ese potencial se puede ver en un currículum de un recién egresado.
"Se valoran cosas que pueden parecer mínimas, como haber montado un negocio pequeño, eso demuestra capacidad emprendedora, o que fuera alguien que organizara actividades como fiestas y paseos".
Las actividades formales siguen importando: estar entre los mejores de la generación es visto como una señal de que un estudiante fue responsable, algo que se valora mucho al contratar a un recién egresado.
La Importancia del Título
Para los recién egresados el título sigue siendo una barrera importante, porque la universidad y la profesión que se adquirió actúan como un seguro para los empleadores.
Sin embargo, a los tres años, la importancia del título se reduce a 30% y aparece la experiencia laboral, con un 50%.
Y al sexto año, los empleadores dejan de fijarse en el "cartón", que es reeemplazado totalmente por la experiencia.