Desde encargar verduras hasta hacerse la manicure. Todo tipo de servicios se comercializan en esta red social, una gran plataforma para jóvenes empresarios y una especie de mercado público para cientos de compradores.
Por Pamela Carrasco, El Mercurio.
Carteras, vestidos, zapatos, jeans, collares, perfumes, comida gourmet, muebles retro, artículos de decoración y hasta servicios de manicure.
De todo se puede encontrar en Facebook, una red social que además de lugar de encuentro entre amigos se ha convertido en una especie de "Mall 2.0", donde emprendedores y clientes se encuentran y hacen negocios sin moverse de su computador.
Luz Olivares es una de las fanáticas del sistema. Dice que a diario le llegan un montón de sugerencias de páginas que venden y ofrecen cosas interesantes. Por eso, hace cerca de un año se decidió a probar y no paró más.
"Además, algunas amigas mías comenzaron a vender y yo empecé a comprar. Lo más atractivo de este sistema es que no te mueves de tu computador. Además, la compra en línea facilita la coordinación de entrega, y si requieres algún cambio o ajuste en algunos casos; es una atención personalizada", dice esta diseñadora gráfica que, reconoce, ya tiene sus tiendas favoritas. Lo que más compra son ropa y accesorios.
A Rosario Sepúlveda, administradora de servicios, lo que más le gusta es la posibilidad de vitrinear en horarios en que el comercio convencional no está abierto.
Además, encuentra cosas distintas de diseñadores jóvenes, que no encuentra en las tiendas tradicionales.
"Puedes conseguir artículos menos masivos o te encuentras con personas que traen cosas de otros países, así que tampoco llegan tantas unidades", dice.
Además, la mayoría de quienes venden son jóvenes que están partiendo con sus negocios y ofrecen buenos precios.
"Yo compro ropa, perfumes, accesorios, cosas ricas para comer... Hay veces en que no compro directamente por Facebook, sino que veo lo que va a estar expuesto en alguna feria o tienda para ver si vale la pena ir", cuenta.
Negocio Prometedor
No sólo los compradores salen ganando. La periodista Francisca Reyes hace ya tiempo que sospechó que la red de amigos se podía transformar en un potencial negocio.
Amante de los colores y las telas, siempre diseñaba y hacía ropa con su mamá, Myriam Tapia.
Hasta que un día se decidió a crear su página en la red social, subió las fotos de sus modelos y a través de Twitter empezó la difusión.
Hoy su tienda en línea Zandía tiene más de 1.900 seguidores, y todos los días la "agregan" como amiga unas quince personas que llegan sólo a través del boca a boca.
"Estoy siempre conectada, y la gracia es que las clientas pueden preguntar precios, tallas e incluso encargar un diseño que les guste en algún color o tela especial, y luego lo pasan a buscar a mi casa", cuenta Francisca, quien hace unos meses dejó su trabajo formal para dedicarse ciento por ciento a la empresa.
Del Hobby al Negocio
Hoy, como ella, hay varias tiendas online que replican el modelo. "No habría podido partir sin este empujón virtual", dice José Miguel Lozano.
Fanático de las antigüedades y los muebles con onda, pasaba buena parte de su tiempo libre recorriendo ferias y persas en busca de algunos con diseño retro para restaurar.
Pero no tenía capital para lanzarse con una empresa formal. Y creó Hechizada, una tienda virtual en que ofrece muebles "vintage" de buena factura.
"Ni siquiera vale la pena tener un sitio web, porque la verdad es que la gente está en Facebook, y uno tiene que ir a ofrecerles las cosas allá", dice.
Es que si para los clientes el máximo atractivo es la comodidad de vitrinear y comprar sin moverse de la casa, para los empresarios el gancho está en los bajos costos que ofrece la plataforma para partir con el negocio.
"Puedes ofrecer lo que tú vendes sin necesidad de invertir en una tienda", cuenta la diseñadora gráfica Lucía Gormaz, quien junto a cuatro amigas decidieron dedicarse a lo que les apasiona.
Montaron la empresa de belleza a domicilio Beauty Delivery, en la que ofrecen manicure, pedicure, peluquería y maquillaje.
Comenzaron con parientes y conocidos y, en pocos meses, han recibido llamadas de clientes que llegan a través de "la amiga de la amiga" que las recomiendan por internet o porque etiquetan sus fotos.
"La difusión es tremenda y la recepción ha sido súper buena, porque la gente se ha acostumbrado a la comodidad de acceder a todo desde el computador", dice.
“Las redes sociales permiten arriesgarse. Por ahora, todas mantenemos nuestros trabajos aparte, pero al paso que vamos yo creo que luego nos podremos dedicar totalmente a este negocio". Lucía Gormaz Beauty Delivery, servicios de belleza a domicilio.
''La plataforma de Facebook da para muchísimo. Y yo veo que entre mis amigos y conocidos se ha ido masificando como un lugar para comprar, sobre todo por un tema de tiempo y exclusividad". Rosario Sepúlveda, administradora de servicios.
6,9 millones de cuentas de Facebook existen en Chile.
Por Pamela Carrasco, El Mercurio.
Carteras, vestidos, zapatos, jeans, collares, perfumes, comida gourmet, muebles retro, artículos de decoración y hasta servicios de manicure.
De todo se puede encontrar en Facebook, una red social que además de lugar de encuentro entre amigos se ha convertido en una especie de "Mall 2.0", donde emprendedores y clientes se encuentran y hacen negocios sin moverse de su computador.
Luz Olivares es una de las fanáticas del sistema. Dice que a diario le llegan un montón de sugerencias de páginas que venden y ofrecen cosas interesantes. Por eso, hace cerca de un año se decidió a probar y no paró más.
"Además, algunas amigas mías comenzaron a vender y yo empecé a comprar. Lo más atractivo de este sistema es que no te mueves de tu computador. Además, la compra en línea facilita la coordinación de entrega, y si requieres algún cambio o ajuste en algunos casos; es una atención personalizada", dice esta diseñadora gráfica que, reconoce, ya tiene sus tiendas favoritas. Lo que más compra son ropa y accesorios.
A Rosario Sepúlveda, administradora de servicios, lo que más le gusta es la posibilidad de vitrinear en horarios en que el comercio convencional no está abierto.
Además, encuentra cosas distintas de diseñadores jóvenes, que no encuentra en las tiendas tradicionales.
"Puedes conseguir artículos menos masivos o te encuentras con personas que traen cosas de otros países, así que tampoco llegan tantas unidades", dice.
Además, la mayoría de quienes venden son jóvenes que están partiendo con sus negocios y ofrecen buenos precios.
"Yo compro ropa, perfumes, accesorios, cosas ricas para comer... Hay veces en que no compro directamente por Facebook, sino que veo lo que va a estar expuesto en alguna feria o tienda para ver si vale la pena ir", cuenta.
Negocio Prometedor
No sólo los compradores salen ganando. La periodista Francisca Reyes hace ya tiempo que sospechó que la red de amigos se podía transformar en un potencial negocio.
Amante de los colores y las telas, siempre diseñaba y hacía ropa con su mamá, Myriam Tapia.
Hasta que un día se decidió a crear su página en la red social, subió las fotos de sus modelos y a través de Twitter empezó la difusión.
Hoy su tienda en línea Zandía tiene más de 1.900 seguidores, y todos los días la "agregan" como amiga unas quince personas que llegan sólo a través del boca a boca.
"Estoy siempre conectada, y la gracia es que las clientas pueden preguntar precios, tallas e incluso encargar un diseño que les guste en algún color o tela especial, y luego lo pasan a buscar a mi casa", cuenta Francisca, quien hace unos meses dejó su trabajo formal para dedicarse ciento por ciento a la empresa.
Del Hobby al Negocio
Hoy, como ella, hay varias tiendas online que replican el modelo. "No habría podido partir sin este empujón virtual", dice José Miguel Lozano.
Fanático de las antigüedades y los muebles con onda, pasaba buena parte de su tiempo libre recorriendo ferias y persas en busca de algunos con diseño retro para restaurar.
Pero no tenía capital para lanzarse con una empresa formal. Y creó Hechizada, una tienda virtual en que ofrece muebles "vintage" de buena factura.
"Ni siquiera vale la pena tener un sitio web, porque la verdad es que la gente está en Facebook, y uno tiene que ir a ofrecerles las cosas allá", dice.
Es que si para los clientes el máximo atractivo es la comodidad de vitrinear y comprar sin moverse de la casa, para los empresarios el gancho está en los bajos costos que ofrece la plataforma para partir con el negocio.
"Puedes ofrecer lo que tú vendes sin necesidad de invertir en una tienda", cuenta la diseñadora gráfica Lucía Gormaz, quien junto a cuatro amigas decidieron dedicarse a lo que les apasiona.
Montaron la empresa de belleza a domicilio Beauty Delivery, en la que ofrecen manicure, pedicure, peluquería y maquillaje.
Comenzaron con parientes y conocidos y, en pocos meses, han recibido llamadas de clientes que llegan a través de "la amiga de la amiga" que las recomiendan por internet o porque etiquetan sus fotos.
"La difusión es tremenda y la recepción ha sido súper buena, porque la gente se ha acostumbrado a la comodidad de acceder a todo desde el computador", dice.
“Las redes sociales permiten arriesgarse. Por ahora, todas mantenemos nuestros trabajos aparte, pero al paso que vamos yo creo que luego nos podremos dedicar totalmente a este negocio". Lucía Gormaz Beauty Delivery, servicios de belleza a domicilio.
''La plataforma de Facebook da para muchísimo. Y yo veo que entre mis amigos y conocidos se ha ido masificando como un lugar para comprar, sobre todo por un tema de tiempo y exclusividad". Rosario Sepúlveda, administradora de servicios.
6,9 millones de cuentas de Facebook existen en Chile.