"Necesitamos evolucionar hacia una sociedad más inclusiva".
Por Neva Milicic, sicóloga
Todas las personas por diferentes razones estamos expuestas a que alguien de nuestras familias o nosotros mismos experimentemos alguna discapacidad, ya sea física o mental.
Las personas en esta situación requieren de apoyo y contención para poder lograr desarrollarse a pesar de sus limitaciones, y encontrar en los vínculos con los otros un sentido a su existencia.
También necesitan tener un espacio para entregar su aporte a la sociedad.
Un maravilloso ejemplo de cómo los vínculos fortalecen y acompañan en situaciones de discapacidad adquirida es la obra teatral de Elena Muñoz "Ojos que suenan".
Es una obra para ver en familia y para conversar de un tema que como sociedad nos atañe a todos.
Porque el cuidado y la protección de los que se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad supone un compromiso personal.
La obra está basada en la historia de Alberto Vega, director teatral y que fue además director de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica de Chile.
En el año 2006, Alberto quedó inmovilizado, con el síndrome "Locked in" (encerrado en sí mismo), a raíz de un accidente en bicicleta.
En este síndrome se produce una parálisis global, pero la mente sigue estando lúcida, a pesar de que sólo puede mover los ojos.
Además de plantearnos el imperativo ético de hacernos cargo de la discapacidad, es una oda a la amistad, pues aquí se da testimonio de la importancia de tener gente que entregue afecto en forma incondicional.
Nos hace ver cómo es posible compartir en un mundo, viendo una película, leyendo un libro o simplemente haciendo presente los recuerdos de las experiencias vividas juntos.
El protagonista sólo puede comunicarse con los demás a través de abrir y cerrar los ojos, según quiera decir sí o no.
Gracias a una rehabilitación realizada por computador, Alberto Vega ha ido comunicándose y expresando lo que piensa y siente.
Resulta reconfortante con la humanidad saber que hay personas que acompañan y están cerca de otras que sufren algún tipo de discapacidad.
Necesitamos evolucionar hacia una sociedad más inclusiva y desarrollar en nuestros hijos una actitud de apertura hacia las personas que presentan problemáticas diferentes.
No se trata de una forma de asistencialismo, sino que de un principio de justicia y de entregar oportunidades educativas y de rehabilitación a quienes lo necesitan.
"Necesitamos evolucionar hacia una sociedad más inclusiva".
Por Neva Milicic, sicóloga
Todas las personas por diferentes razones estamos expuestas a que alguien de nuestras familias o nosotros mismos experimentemos alguna discapacidad, ya sea física o mental.
Las personas en esta situación requieren de apoyo y contención para poder lograr desarrollarse a pesar de sus limitaciones, y encontrar en los vínculos con los otros un sentido a su existencia.
También necesitan tener un espacio para entregar su aporte a la sociedad.
Un maravilloso ejemplo de cómo los vínculos fortalecen y acompañan en situaciones de discapacidad adquirida es la obra teatral de Elena Muñoz "Ojos que suenan".
Es una obra para ver en familia y para conversar de un tema que como sociedad nos atañe a todos.
Porque el cuidado y la protección de los que se encuentran en un estado de mayor vulnerabilidad supone un compromiso personal.
La obra está basada en la historia de Alberto Vega, director teatral y que fue además director de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica de Chile.
En el año 2006, Alberto quedó inmovilizado, con el síndrome "Locked in" (encerrado en sí mismo), a raíz de un accidente en bicicleta.
En este síndrome se produce una parálisis global, pero la mente sigue estando lúcida, a pesar de que sólo puede mover los ojos.
Además de plantearnos el imperativo ético de hacernos cargo de la discapacidad, es una oda a la amistad, pues aquí se da testimonio de la importancia de tener gente que entregue afecto en forma incondicional.
Nos hace ver cómo es posible compartir en un mundo, viendo una película, leyendo un libro o simplemente haciendo presente los recuerdos de las experiencias vividas juntos.
El protagonista sólo puede comunicarse con los demás a través de abrir y cerrar los ojos, según quiera decir sí o no.
Gracias a una rehabilitación realizada por computador, Alberto Vega ha ido comunicándose y expresando lo que piensa y siente.
Resulta reconfortante con la humanidad saber que hay personas que acompañan y están cerca de otras que sufren algún tipo de discapacidad.
Necesitamos evolucionar hacia una sociedad más inclusiva y desarrollar en nuestros hijos una actitud de apertura hacia las personas que presentan problemáticas diferentes.
No se trata de una forma de asistencialismo, sino que de un principio de justicia y de entregar oportunidades educativas y de rehabilitación a quienes lo necesitan.
"Necesitamos evolucionar hacia una sociedad más inclusiva".