Estudios Refuerzan el Rol Paterno en la Crianza. Aquellos que se ausentan de cuerpo y alma, en cambio, dejan a sus retoños más expuestos a caer en conductas de riesgo.
Por Pamela Elgueda T., El Mercurio.
En el Chile del siglo XXI hablar del papá proveedor y la mamá que se queda en la casa a cuidar a los niños parece algo antiguo.
Ahora la corresponsabilidad parental suena con fuerza, impulsada por la arremetida femenina en el mundo laboral y por estudios que muestran los beneficios que trae a los hijos tener un papá comprometido en "cuerpo y alma".
Uno de éstos es el que está desarrollando el Consorcio Red Familia y Adolescencia (RedFam), que componen académicos de las universidades de Chile, los Andes, del Desarrollo y Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Se trata de la investigación "Estilos de Crianza Parentales y Conductas Violentas en Adolescentes y Jóvenes", que cuenta con financiamiento del Conicyt.
Con encuestas a 2.322 adolescentes de Santiago, Antofagasta y Concepción, los investigadores indagaron en los estilos de crianza más usuales en los padres chilenos y cómo éstos cumplen o no un rol que proteja a los adolescentes de caer en conductas de riesgo de toda índole.
En esa indagación apareció un dato que refuerza la idea de que los papás tienen un papel central en la crianza de los hijos.
"Cuando el padre tiene una presencia física y psicológicamente interesada, hay menos conductas antisociales y violencia de parte de los hijos adolescentes", explica el doctor Ramón Florenzano, director de investigación de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Adiós al Rol Tradicional
¿En qué se traduce esa presencia? Juan Carlos Ilabaca, papá de una universitaria de 20 años y una escolar de 15, lo hizo asumiendo él la tarea de hablar de sexualidad con la mayor.
"Lo conversamos abiertamente, porque quería que ella tuviera claro cómo ven este tema los hombres. Quise aconsejarla para que no se deje presionar y para que sepa cómo son los personajes con los que se va a encontrar".
No resulta extraña, en estos tiempos, esa conversación. La tendencia actual "es que los padres no se quieren identificar con el rol tradicional de paternidad autoritaria y anhelan una distinta, más cercana a sus hijos", explica María Olga Herreros, psicóloga y psicoanalista asociada al Centro de Estudios e Investigación en Psicoanálisis Lacaniano (CEIP).
Lo mismo halló la investigación "El nuevo padre: explorando la paternidad al interior de un contexto profesional", hecha por especialistas del Boston College Center For Work & Family.
Este estudio consistió en entrevistas a 33 padres primerizos, que se coordinaban con sus esposas en los quehaceres de la casa, y "querían ser más que un sostén que no interviene", explicó Brad Harrington, uno de los autores del informe.
Esa paternidad cercana supone una oreja dispuesta a escuchar y entender a los adolescentes.
"Que comprende que los roles paternos dejaron de ser rígidos: quien acoje no es sólo la mamá, y aquel que dice 'no' ya no es sólo el papá. Ambos asumen esos roles y se complementan", agrega Viviana Sosman, psicóloga clínica especialista en adolescentes y adultos.
Por eso Juan Carlos no duda en dar su opinión sobre moda, cuando sus hijas se la piden, y tampoco en negar permisos cuando siente que es necesario.
¿Quién Manda?
Pasar del papá autoritario al ideal actual no ha sido fácil. "Ahí hay confusiones grandes, sobre todo respecto de los adolescentes, que tienen un discurso adulto y un hiperdesarrollo tecnológico, cognitivo y social", agrega María Olga Herreros.
Características que los mantienen atentos a las contradicciones paternas y a usarlas en su favor.
"Enfrentan papás culposos, que quieren reparar la ausencia con bienes materiales y que se caen de la posición paterna cuando el adolescente los cuestiona", añade Herreros.
O sea, se enredan con los límites o aceptan que los pongan sus hijos. "En eso, hemos sido bien firmes: las reglas las ponemos nosotros con Claudia", comenta Juan Carlos.
"Yo trabajo en la mina Anglo American, lo que me significa salir muy temprano de la casa y llegar tarde. Por eso, de lunes a viernes se entienden con la mamá. El fin de semana, cuando se trata de permisos para salir, yo soy quien decide", agrega con la misma claridad con la que le habla a sus hijas.
Por eso, las hermanas Ilabaca Muñoz saben que el papá las irá a dejar y a buscar a las fiestas.
Y que si el lugar donde se realiza el carrete le parece poco adecuado, se devolverán con él para la casa.
Tres estilos de crianzaEl estudio del Consorcio RedFam buscó la relación entre tres estilos de crianza delineados por el investigador Brian Barber y las conductas violentas de los adolescentes.
Ahí vieron que en Chile, quienes son criados bajo un estilo de apoyo social (afectuoso y donde se sienten acogidos y comprendidos) son autónomos, tienen conductas más altruistas, y se mantienen alejados de los riesgos.
Lo mismo sucede con aquellos que se crían bajo un estilo de control conductual: "Sus padres les dicen qué esperan de ellos y dejan claras las consecuencias de no respetarlos".
Los que quedan más expuestos a "meterse en problemas" son aquellos formados bajo un estilo de control psicológico: "Se da una comunicación emocionalmente cargada, donde hacen sentir al hijo culpable", dice el doctor Florenzano.
Estos jóvenes tienen más riesgo de sufrir depresión, ideas suicidas, y de caer en conductas violentas y antisociales.
Por Pamela Elgueda T., El Mercurio.
En el Chile del siglo XXI hablar del papá proveedor y la mamá que se queda en la casa a cuidar a los niños parece algo antiguo.
Ahora la corresponsabilidad parental suena con fuerza, impulsada por la arremetida femenina en el mundo laboral y por estudios que muestran los beneficios que trae a los hijos tener un papá comprometido en "cuerpo y alma".
Uno de éstos es el que está desarrollando el Consorcio Red Familia y Adolescencia (RedFam), que componen académicos de las universidades de Chile, los Andes, del Desarrollo y Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Se trata de la investigación "Estilos de Crianza Parentales y Conductas Violentas en Adolescentes y Jóvenes", que cuenta con financiamiento del Conicyt.
Con encuestas a 2.322 adolescentes de Santiago, Antofagasta y Concepción, los investigadores indagaron en los estilos de crianza más usuales en los padres chilenos y cómo éstos cumplen o no un rol que proteja a los adolescentes de caer en conductas de riesgo de toda índole.
En esa indagación apareció un dato que refuerza la idea de que los papás tienen un papel central en la crianza de los hijos.
"Cuando el padre tiene una presencia física y psicológicamente interesada, hay menos conductas antisociales y violencia de parte de los hijos adolescentes", explica el doctor Ramón Florenzano, director de investigación de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Adiós al Rol Tradicional
¿En qué se traduce esa presencia? Juan Carlos Ilabaca, papá de una universitaria de 20 años y una escolar de 15, lo hizo asumiendo él la tarea de hablar de sexualidad con la mayor.
"Lo conversamos abiertamente, porque quería que ella tuviera claro cómo ven este tema los hombres. Quise aconsejarla para que no se deje presionar y para que sepa cómo son los personajes con los que se va a encontrar".
No resulta extraña, en estos tiempos, esa conversación. La tendencia actual "es que los padres no se quieren identificar con el rol tradicional de paternidad autoritaria y anhelan una distinta, más cercana a sus hijos", explica María Olga Herreros, psicóloga y psicoanalista asociada al Centro de Estudios e Investigación en Psicoanálisis Lacaniano (CEIP).
Lo mismo halló la investigación "El nuevo padre: explorando la paternidad al interior de un contexto profesional", hecha por especialistas del Boston College Center For Work & Family.
Este estudio consistió en entrevistas a 33 padres primerizos, que se coordinaban con sus esposas en los quehaceres de la casa, y "querían ser más que un sostén que no interviene", explicó Brad Harrington, uno de los autores del informe.
Esa paternidad cercana supone una oreja dispuesta a escuchar y entender a los adolescentes.
"Que comprende que los roles paternos dejaron de ser rígidos: quien acoje no es sólo la mamá, y aquel que dice 'no' ya no es sólo el papá. Ambos asumen esos roles y se complementan", agrega Viviana Sosman, psicóloga clínica especialista en adolescentes y adultos.
Por eso Juan Carlos no duda en dar su opinión sobre moda, cuando sus hijas se la piden, y tampoco en negar permisos cuando siente que es necesario.
¿Quién Manda?
Pasar del papá autoritario al ideal actual no ha sido fácil. "Ahí hay confusiones grandes, sobre todo respecto de los adolescentes, que tienen un discurso adulto y un hiperdesarrollo tecnológico, cognitivo y social", agrega María Olga Herreros.
Características que los mantienen atentos a las contradicciones paternas y a usarlas en su favor.
"Enfrentan papás culposos, que quieren reparar la ausencia con bienes materiales y que se caen de la posición paterna cuando el adolescente los cuestiona", añade Herreros.
O sea, se enredan con los límites o aceptan que los pongan sus hijos. "En eso, hemos sido bien firmes: las reglas las ponemos nosotros con Claudia", comenta Juan Carlos.
"Yo trabajo en la mina Anglo American, lo que me significa salir muy temprano de la casa y llegar tarde. Por eso, de lunes a viernes se entienden con la mamá. El fin de semana, cuando se trata de permisos para salir, yo soy quien decide", agrega con la misma claridad con la que le habla a sus hijas.
Por eso, las hermanas Ilabaca Muñoz saben que el papá las irá a dejar y a buscar a las fiestas.
Y que si el lugar donde se realiza el carrete le parece poco adecuado, se devolverán con él para la casa.
Tres estilos de crianzaEl estudio del Consorcio RedFam buscó la relación entre tres estilos de crianza delineados por el investigador Brian Barber y las conductas violentas de los adolescentes.
Ahí vieron que en Chile, quienes son criados bajo un estilo de apoyo social (afectuoso y donde se sienten acogidos y comprendidos) son autónomos, tienen conductas más altruistas, y se mantienen alejados de los riesgos.
Lo mismo sucede con aquellos que se crían bajo un estilo de control conductual: "Sus padres les dicen qué esperan de ellos y dejan claras las consecuencias de no respetarlos".
Los que quedan más expuestos a "meterse en problemas" son aquellos formados bajo un estilo de control psicológico: "Se da una comunicación emocionalmente cargada, donde hacen sentir al hijo culpable", dice el doctor Florenzano.
Estos jóvenes tienen más riesgo de sufrir depresión, ideas suicidas, y de caer en conductas violentas y antisociales.