Encuesta Casen muestra que crecieron de 4,25% a 5,2% en tres años. En estos tiempos, la relación con los hijos aparece como la más estable en el tiempo, por sobre la de pareja y la laboral. Eso ha alentado a las generaciones más jóvenes.
Por Pamela Elgueda Tapia, El Mercurio.
Hace cinco años, Manuel Sarmiento, de 36 años, se separó de su esposa y se hizo cargo de sus dos hijos, Tomás y Matías. Bruno Polanco (43), paulatinamente ha ido recibiendo a sus hijos en su casa, después de separarse de su mujer hace ya varios años.
Ellos son dos ejemplos de un fenómeno que ya se nota en las encuestas: el de los hogares monoparentales, donde el papá es el jefe de hogar y quien se hace cargo en solitario de los niños.
Un cálculo hecho a partir de la Encuesta Casen por el investigador del Instituto Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso, muestra un aumento en el porcentaje de familias que tienen un jefe de hogar hombre, donde no hay una esposa o pareja y que tiene más de un integrante.
Si en 2006 éstos representaban el 4,25% del total de hogares, en 2009 crecieron al 5,2%.
Las razones detrás de esta transformación del mundo masculino, dicen los investigadores, se relacionan con la importancia que ha adquirido la paternidad, aun por sobre la relación de pareja y laboral.
"Somos un equipo, y por eso las cosas funcionan", dice Manuel al hablar de sus hijos de 9 y 7 años.
"Tienen promedio sobre 6,5 en el colegio, son muy buenos niños y soy muy afortunado de que vivan conmigo. Hay muchos hombres que se pierden de esto", resume.
Bruno siente que la vida con sus hijos lo ha hecho crecer como persona: "Me siento más maduro; quizás suene arrogante, pero siento que he ganado mucha experiencia para la vida, me siento mejor conmigo mismo".
Esta satisfacción con la paternidad tiene mucho que ver con la importancia que esta dimensión ha ido adquiriendo para los chilenos, sobre todo para los más jóvenes.
"Comienza a ser cada vez más claro para los hombres que los hijos y la familia, pero más claramente los niños, pueden ser parte de un proyecto propio", explica el sociólogo José Olavarría, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (Cedem), que se ha especializado en el estudio de la masculinidad, entre otros temas.
"Esto, porque este hombre ahora valora mucho la relación afectiva con los hijos, a la que le dedica tiempo y en la que tiene total decisión, porque es uno de los pocos proyectos que el hombre siente que gestiona solo, sin que nadie lo mande", complementa el investigador.
Relación Sustentable
A eso, Olavarría añade otro punto: "El lazo filial o de parentalidad pasa a ser la relación más sustentable en el tiempo para los hombres".
Concuerda con este punto Florencia Herrera, socióloga de la Universidad Diego Portales, quien explica que estamos en una época donde las relaciones de pareja se han fragilizado.
"Al casarse las personas lo hacen esperando que sea para siempre, pero ya no lo dan por seguro".
Lo mismo ocurre en un ámbito que, hasta hace unas décadas, era de dominio masculino: el del trabajo.
"Antes las personas estaban en una misma empresa durante toda su vida laboral. Ahora, eso es muy distinto, el trabajo es inestable y un día se pueden sentir muy seguros y al siguiente ser despedidos".
El camino a esta paternidad de tiempo completo no es fácil, ni está libre de obstáculos.
"Pasé de cero responsabilidad a hacerme cargo de una casa, con todo lo que eso implica", cuenta Bruno y sin tono de lamento.
"También me costó que los niños entendieran que la autoridad soy yo, lo que no quiere decir que no se converse. Pero lo asimilaron de a poco y ahora está claro".
Manuel también tiene momentos agotadores, y tampoco se queja. "Esto no es un sacrificio, es mi misión. Y con que los niños sean alegres y aprendan buenas costumbres, me doy por pagado".
Complicidad Femenina
Para que los papás, viviendo o no solos con sus hijos, puedan introducirse en el mundo de la crianza, es necesario que la mamá ayude.
"Hay una complicidad para permitir que se dé esta situación, y esto es creciente en la medida en que las mujeres tienen proyectos profesionales y otros que van más allá de la maternidad", dice el sociólogo José Olavarría.
Sin embargo, hay ocasiones en que las mamás dificultan ese acercamiento. "Porque les critican la forma de mudar a la guagua, de darles la comida, etc.
Y la sociedad tampoco aporta mucho, por ejemplo, al poner los mudadores en el baño de mujeres", agrega la socióloga Florencia Herrera.
Por Pamela Elgueda Tapia, El Mercurio.
Hace cinco años, Manuel Sarmiento, de 36 años, se separó de su esposa y se hizo cargo de sus dos hijos, Tomás y Matías. Bruno Polanco (43), paulatinamente ha ido recibiendo a sus hijos en su casa, después de separarse de su mujer hace ya varios años.
Ellos son dos ejemplos de un fenómeno que ya se nota en las encuestas: el de los hogares monoparentales, donde el papá es el jefe de hogar y quien se hace cargo en solitario de los niños.
Un cálculo hecho a partir de la Encuesta Casen por el investigador del Instituto Libertad y Desarrollo, Rodrigo Troncoso, muestra un aumento en el porcentaje de familias que tienen un jefe de hogar hombre, donde no hay una esposa o pareja y que tiene más de un integrante.
Si en 2006 éstos representaban el 4,25% del total de hogares, en 2009 crecieron al 5,2%.
Las razones detrás de esta transformación del mundo masculino, dicen los investigadores, se relacionan con la importancia que ha adquirido la paternidad, aun por sobre la relación de pareja y laboral.
"Somos un equipo, y por eso las cosas funcionan", dice Manuel al hablar de sus hijos de 9 y 7 años.
"Tienen promedio sobre 6,5 en el colegio, son muy buenos niños y soy muy afortunado de que vivan conmigo. Hay muchos hombres que se pierden de esto", resume.
Bruno siente que la vida con sus hijos lo ha hecho crecer como persona: "Me siento más maduro; quizás suene arrogante, pero siento que he ganado mucha experiencia para la vida, me siento mejor conmigo mismo".
Esta satisfacción con la paternidad tiene mucho que ver con la importancia que esta dimensión ha ido adquiriendo para los chilenos, sobre todo para los más jóvenes.
"Comienza a ser cada vez más claro para los hombres que los hijos y la familia, pero más claramente los niños, pueden ser parte de un proyecto propio", explica el sociólogo José Olavarría, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Mujer (Cedem), que se ha especializado en el estudio de la masculinidad, entre otros temas.
"Esto, porque este hombre ahora valora mucho la relación afectiva con los hijos, a la que le dedica tiempo y en la que tiene total decisión, porque es uno de los pocos proyectos que el hombre siente que gestiona solo, sin que nadie lo mande", complementa el investigador.
Relación Sustentable
A eso, Olavarría añade otro punto: "El lazo filial o de parentalidad pasa a ser la relación más sustentable en el tiempo para los hombres".
Concuerda con este punto Florencia Herrera, socióloga de la Universidad Diego Portales, quien explica que estamos en una época donde las relaciones de pareja se han fragilizado.
"Al casarse las personas lo hacen esperando que sea para siempre, pero ya no lo dan por seguro".
Lo mismo ocurre en un ámbito que, hasta hace unas décadas, era de dominio masculino: el del trabajo.
"Antes las personas estaban en una misma empresa durante toda su vida laboral. Ahora, eso es muy distinto, el trabajo es inestable y un día se pueden sentir muy seguros y al siguiente ser despedidos".
El camino a esta paternidad de tiempo completo no es fácil, ni está libre de obstáculos.
"Pasé de cero responsabilidad a hacerme cargo de una casa, con todo lo que eso implica", cuenta Bruno y sin tono de lamento.
"También me costó que los niños entendieran que la autoridad soy yo, lo que no quiere decir que no se converse. Pero lo asimilaron de a poco y ahora está claro".
Manuel también tiene momentos agotadores, y tampoco se queja. "Esto no es un sacrificio, es mi misión. Y con que los niños sean alegres y aprendan buenas costumbres, me doy por pagado".
Complicidad Femenina
Para que los papás, viviendo o no solos con sus hijos, puedan introducirse en el mundo de la crianza, es necesario que la mamá ayude.
"Hay una complicidad para permitir que se dé esta situación, y esto es creciente en la medida en que las mujeres tienen proyectos profesionales y otros que van más allá de la maternidad", dice el sociólogo José Olavarría.
Sin embargo, hay ocasiones en que las mamás dificultan ese acercamiento. "Porque les critican la forma de mudar a la guagua, de darles la comida, etc.
Y la sociedad tampoco aporta mucho, por ejemplo, al poner los mudadores en el baño de mujeres", agrega la socióloga Florencia Herrera.