Paternidad de verano. Aunque puede ser una gran experiencia, es clave que el niño tenga madurez suficiente, es decir no antes de los nueve años. Y, por obvio que suene, hay que conocer a los adultos a cargo. Por Gabriela Bade, El Mercurio. "¿Mamá, mamá, puedo quedarme en la casa de Mateo?". Así empiezan los pedidos de los hijos cuando su socialización parte, de la mano de su vida escolar. Y con el paso de los años, los requerimientos -dicen los que ya tienen la experiencia- van sólo en aumento. ¿Qué hacer? ¿Cuándo es el momento de decir que sí y bajo qué condiciones?
Asociación de Padres de Familia del Instituto de Humanidades Luis Campino | Santiago de Chile