Médicos responden a una inquietud cada vez más frecuente entre los padres. Realizar actividad física en familia, explicarles los beneficios de una vida activa y jamás obligarlos a practicar un deporte que no les guste son algunas de las claves que entregan los expertos.
Por Amalia Torres, El Mercurio.
Andrés tiene 8 años y las cosas bien claras: le gusta jugar en el computador y ver televisión, pero odia hacer ejercicio.
La imagen del niño chuteando una pelota en la plaza está lejos de ser su panorama favorito.
"Tuve que chantajearlo y decirle que si aprende a andar en bicicleta, a fin de año le vamos a regalar un Nintendo DS. No había otra forma. Yo quiero que haga más deporte porque es saludable, y porque no es sano estar todo el día en el computador", confiesa Carmen R., su mamá.
La preocupación de Carmen no es rara. Traumatólogos infantiles y pediatras reconocen que cada vez es más común recibir a padres desconcertados por el sedentarismo de sus hijos.
"Todos los días tengo papás que me hacen la misma pregunta: ¿Cómo hago para motivarlo con el ejercicio si no le gusta?", dice la doctora Angélica Ibáñez, traumatóloga de Medicina Deportiva UC.
Lo mismo le ocurre al pediatra del Hospital Clínico de la U. de Chile, Roberto Balassa. "El que descubra la fórmula va a ganarse el Nobel".
Mamás Ejemplares
"Está demostrado que los padres deportistas tienen hijos deportistas. Además, investigaciones han demostrado que el hecho de que la madre haga deporte influye más en el niño que si el deporte lo hace el papá", señala la doctora Ibáñez.
Sin embargo, el modelo de ambos es esencial. Según la traumatóloga, el sólo hecho de que los niños vean a sus padres practicando un ejercicio es un incentivo importante.
"También es necesario hacer actividad deportiva en familia. Aprovechar el fin de semana para ello, en vez de ver una película".
Así, andar en bicicleta o subir un cerro en familia es una excelente forma de comenzar. "Además, de esta forma no sólo comparten, sino que los niños también ven que los papás se cansan, que les cuesta, pero que lo pasan bien", agrega.
No hay que olvidar los gustos de cada niño. "Un error que cometen los papás es meter a sus hijos en actividades que para ellos son entretenidas, pero no para los niños", dice el traumatólogo infantil de la Clínica Las Condes, Roberto Raimann.
Por eso, advierte, es importante no centrarse sólo en los deportes tradicionales y mantener las opciones abiertas. Lo mismo que probar en deportes individuales y grupales, para conocer su afinidad.
Otra labor esencial de los padres es apoyarlos. "Hay que acompañarlos y llevarlos a jugar fútbol, por ejemplo. O si el papá juega tenis, entonces llevar al hijo a que juegue con él. Quizás no va a ser tan entretenido para el adulto, pero es un esfuerzo familiar", dice el doctor Balassa.
Hablarles de manera sencilla sobre los beneficios del ejercicio también es útil. "Si hay un pariente con problemas cardiovasculares, por ejemplo, decirle que el ejercicio podría evitar ese mal", sugiere Balassa.
En los adolescentes, una buena técnica es hablarles de los cambios en la imagen corporal. "A ellos les digo que los van a mirar más las chiquillas, pero sabiendo que una vez que enganchen con el ejercicio van a experimentar otros beneficios", agrega la doctora Ibáñez.
¿Pero qué pasa si a pesar de todo el niño sigue prefiriendo el televisor a la actividad física? Los expertos coinciden en que obligarlos no sirve.
"Se le puede prometer que si entrena dos veces a la semana va a salir donde él quiera. Llevarlo al estadio, por ejemplo, pero no relacionar el premio con comida", dice la doctora Angélica Ibáñez.
Cuidado
Deportes de mucha resistencia o que implican cargar peso no están recomendados para menores de 10 años.
Daños a Temprana Edad
El sedentarismo está ligado a la obesidad, explica la doctora de la UC, Angélica Ibáñez.
"Y debido a la obesidad, los niños empiezan a presentar dolor en la rodilla, incluso para subir o bajar escaleras. También les duele la cadera y el tobillo".
La experta ha recibido pacientes desde 7 años con estas molestias.