Los padres tienen un rol protagónico en este proceso. Un diálogo abierto y constante con los hijos, atención a cambios en su conducta y educación sexual desde los dos años son claves para prevenir estas situaciones.
Por Gabriela Bade, El Mercurio.
En la primera reunión de padres del colegio San Ignacio de El Bosque de este año, el rector Ismael Aracena habló de la crisis que está enfrentando la Iglesia Católica por las acusaciones de abusos sexuales y entregó a la comunidad el manual "Normas y procedimientos de la Compañía de Jesús en Chile para el cuidado de un ambiente formativo sano con niños y niñas y la prevención de abusos sexuales".
"Es la primera vez que recibimos un documento como éste", dice una mamá que participó del acto de ese día 17 de marzo.
El texto fue actualizado en octubre de 2010 y el sacerdote Eugenio Valenzuela, Provincial de la Compañía en Chile, explica en él que decidió incorporar una "descripción actualizada del trastorno psicosexual de la pedofilia y otros tipos de abuso de poder, así como ofrecer un cuadro resumen de la legislación chilena sobre esta materia".
En el documento (que se puede leer en internet en www.sanignacio.cl) se explicitan normas de prudencia, como que un grupo de menores "nunca" podrá estar a cargo de un solo adulto; los adultos no pueden entrar a los camarines y baños de los niños y, así, varias otras normas que deben ser cumplidas en el establecimiento.
"Los colegios por fin se están dando cuenta de que es importante y necesario tratar este tema. Muchas veces se trata de evitar todo lo que tiene que ver con sexualidad", dice Soledad Larraín, psicóloga de la Unicef.
Hoy, los siete programas de educación sexual autorizados por el Ministerio de Educación abordan esta problemática.
El psiquiatra Ricardo Capponi, que dirige uno de esos programas y lidera el Centro de Educación Sexual Integral, dice que lo fundamental es que los padres asuman un rol protagónico en este proceso de formación.
"Desde los dos años ya es bueno enseñarles a reconocer su cuerpo y no castigar el autoerotismo, pues ellos tienen que aprender a distinguir ese placer de lo que podrían sentir si alguien abusa de ellos. Desde esta edad es necesario decirles que nadie puede tocar su cuerpo, a excepción de la mamá o el papá para hacerles aseo y del doctor. Y desde los cuatro ya hay que ser mucho más directos sobre el abuso sexual; explicarles la diferencia entre una caricia que tiene un sentido afectivo, de otra que es abuso", dice Capponi.
El psiquiatra sugiere enseñarles, además, que los niños no deben aceptar caricias cuando están solos con alguien y deben conocer las estrategias de los abusadores, como los regalos y sobornos.
"Hay que enseñarles que existen secretos buenos y malos. Y hay que darles ejemplos concretos. Un regalo para la mamá es un secreto bueno. Si alguien les pide que no le cuenten a nadie de algo, eso es un secreto malo", agrega Soledad Larraín.
"Hay que enseñarles a decir que no y eso significa enseñarles a tener opinión. ¿Qué es bueno para mí?: es quererme, valorarme, conocer mis fortalezas y debilidades. Los adultos debemos hacernos cargo de escuchar a los niños en su singularidad, en sus temores, validarlos en su desarrollo", agrega Teresa Quintana, profesora de la escuela de psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
Ella participará en el foro "Educando a niños seguros: Aprender a decir NO", que organiza la UAI y que se realizará la tercera semana de mayo en el Centro Cívico de Vitacura.
La idea es ayudar a los adultos a dirigir a los niños en el autocuidado y a estar atentos a las señales de ansiedad que ellos pueden transmitir si están siendo abusados.
"Y eso se descubre con diálogo y en que ellos tengan confianza para hablar de sus problemas", agrega.
Pero Soledad Larraín advierte: "Un niño bien informado y educado sobre estos temas no necesariamente está libre, pero sí va a detener más rápido la situación".
''Dada la experiencia de los últimos años, la prioridad absoluta es la protección de nuestros niños, niñas y adolescentes. Hemos aprendido que un procedimiento que impulse la transparencia y un actuar eficaz y rápido es fundamental y necesario". Eugenio Valenzuela, provincial de la Compañía de Jesús en Chile.