"Estar atento a las señales que dan cuenta de que el niño posee una actitud creativa y elogiarlo por ello es un factor que estimula la creatividad".
Por Neva Milicic, psicóloga.
Las familias juegan un rol decisivo en la promoción de la creatividad de los hijos. Ser creativos, si bien puede tener un componente genético, es básicamente un problema de oportunidades y de estilo educacional.
Tom Friedman, autor de "La tierra es plana" y columnista de The New York Times, es un analista social que intenta prever las tendencias del futuro.
Él estima que como consecuencia de los profundos y rápidos cambios que experimenta la sociedad, para que las personas puedan adaptarse, es necesario hacer modificaciones significativas en la educación.
Él habla de dos tipos de países: están aquellos en que se promueve la alta imaginación HIEC (High Imagination Enabler Countries) y los con baja promoción de la imaginación LIEC (Low Imagination Enabler Countries).
La imaginación es un ingrediente esencial para resolver problemas personales y para superar los obstáculos.
Hay diversas estrategias para desarrollarla: plantearles preguntas abiertas del tipo ¿de qué otra manera podríamos hacerlo?
Hay juegos que ayudan a flexibilizar el pensamiento, por ejemplo mostrar una fotografía de una persona desconocida y pedirle que inventen preguntas.
Pruébelo con sus hijos y descubrirá lo proyectivo que son las preguntas que ellos pueden generar.
Algunos niños se centran en cosas materiales, otros son más unilaterales o divergentes.
Pero poco a poco a todos les surgirá la curiosidad, que es un elemento esencial de las personas creativas.
Otro factor que explica la capacidad de imaginar es lo que se llama libertad funcional, que se refiere a la libertad para usar los objetos con diferentes fines.
Una manera de desarrollarla es preguntarse para qué otra cosa puede servir un objeto además de su uso habitual.
Estar atento a las señales que dan cuenta de que el niño posee una actitud creativa y elogiarlo por ello es otro factor que estimula la creatividad.
También hay que ayudarles a reconocer y valorar en otros las soluciones creativas y originales en relación con un problema cualquiera.
Ampliar la perspectiva en la resolución de los problemas, por ejemplo si siempre los fines de semana se va al centro comercial, preguntarse: ¿Qué otras alternativas podemos barajar para entretenernos? ¿Qué tal si jugamos a ser turistas y reconocemos los lugares que habitualmente se hacen en un tour? ¿Y si en vez del clásico almuerzo ideamos un picnic?
Estimúlelos a probar más experiencias. Las nuevas experiencias además de ampliar horizontes, les darán una percepción diferente de la realidad.
Hacer un viaje en tren, ir a un taller manual, realizar trabajos corporales o de meditación, son instancias que favorecen la imaginación.
La apertura a lo no consciente es también una excelente manera de estimular la creatividad, por ejemplo conversar sobre lo que soñaron la noche anterior, los pondrá en contacto con su mundo interno que es una fuente inagotable del pensamiento creativo.