Espacios que generan cercanía entre los alumnos. Cuatro instituciones que destacaron en el primer diagnóstico de bullying escolar del Mineduc cuentan cuáles fueron las medidas que implementaron para lograr una convivencia sana.
Por Carlos Solorza, El Mercurio.
El clima apacible que se vive en el Liceo Ignacio Carrera Pinto de Talca se contradice con el estigma que tienen los liceos municipales, establecimientos que presentan más casos de violencia escolar, según el primer diagnóstico nacional de bullying realizado por el Ministerio de Educación.
"Es un gran logro si se considera que la mayoría de nuestros estudiantes viene de sectores vulnerables, han sido echados de otros lados e, incluso, algunos están aquí con permiso judicial", dice Gabriel Pardo, director del establecimiento.
Hace un par de años se integró en el proyecto educativo la solución de conflictos a través de mediadores escolares en cada curso.
"Los problemas entre los alumnos se resuelven de mejor manera cuando los aborda un tercero igual a ellos, que es respetado por el curso", explica Pardo.
Los mediadores son apoyados por dos profesores que los ayudan a solucionar los conflictos.
En caso de que se vean superados, recién ahí los problemas llegan a la inspectoría general, donde llaman al apoderado y, en conjunto, buscan una solución justa al altercado.
Algo parecido a lo que hace la escuela rural Tierra de Esperanza, en Neltume, una localidad que está a tres horas de Valdivia.
En cierto momento, las peleas que se dieron en este establecimiento municipal -con alumnos de alta vulnerabilidad social y noveno en el mismo ranking-, fueron entre los estudiantes mayores y los chicos.
"Eran como las peleas del hermano mayor con el menor. Pero tal como en una familia, logramos calmar la situación en conversaciones grupales con los padres", dice el inspector general Nelson Leiva.
"También tratamos que los alumnos tomen conciencia del problema hablando con especialistas que dejan un mensaje que, en cierta medida, los marca. Charlas como las que da Carabineros y otro tipo de profesionales han logrado promover un comportamiento educacional sano", complementa.
Un Buen Deporte
"Desde el año pasado que el taller psicodeportivo permite que las estudiantes aprendan habilidades para socializar. Una monitora las guía en dinámicas deportivas bastante lúdicas que ayudan a reconocer tendencias que pudieran generar peleas dentro de la sala, para que la profesora jefe pueda adelantarse a algún tipo de conflicto", relata la directora del Instituto Santa María, María Luz Gálvez.
Dentro de los establecimientos pagados, este colegio de niñas en Antofagasta está ubicado en el segundo lugar en el ranking del Mineduc.
"Nos fijamos en lo que pasa dentro y fuera del colegio, como también en internet, que puede generar muchas dificultades en las relaciones entre las estudiantes", explica Gálvez.
Para la directora, adelantarse al matonaje parece ser la clave del asunto. Algo en lo que coincide Patricio Fernández, director de la escuela Nehuén de Talagante, quien considera que "ningún tipo de maltrato se debe dejar pasar".
Este establecimiento particular subvencionado está entre los mejores cinco de su categoría. El compromiso de los profesores para alcanzar estos logros es valioso.
"En reuniones semanales conversamos sobre los escolares aproblemados, poniendo atención a los focos de hostigamiento. Lo vital es que ninguna persona esté ajena al bullying y todos puedan ayudar a encontrar soluciones", agrega Fernández.
Los cuatro directores concuerdan en que la cantidad de alumnos es un factor a considerar. Mientras menos sean, hay más posibilidades de conocer los problemas que tienen.
"Acercarse, más allá de la sala de clases, es una faceta positiva en las relaciones entre estudiantes y profesores" concluye María Luz Gálvez.
52% de los establecimientos municipales registran alta frecuencia de acoso escolar, según la encuesta del Mineduc.
41% de las escuelas de nivel socioeconómico medio bajo registran una alta frecuencia de intimidación, algo que ocurre en el 39% del nivel bajo.
51% de los alumnos dijo haber visto algunas veces insultos, garabatos, burlas y descalificaciones entre compañeros.
225 mil estudiantes de 2° medio fueron quienes respondieron la encuesta de 26 preguntas.