La cocina ha registrado uno de los principales cambios de nuestra vida puertas adentro. Dejó de ser el lugar donde solo se cocinaba y se convirtió en la pieza de la casa donde se reúne la familia. Las cifras lo confirman: aumentaron su tamaño y cada vez reciben mayor inversión.
Por Noelia Zunino Erlauer, La Tercera.
Un refrigerador que cuesta siete millones de pesos nos hizo llegar al podio el año pasado.
De los 45 países en los que está presente la marca especialista en electrodomésticos Miele, Chile fue el tercero en vender más refrigeradores "Mastercool", con tecnología de punta y la particularidad de que el usuario puede escoger el color de la puerta para que combine con la decoración de la cocina.
¿Exageración, lujo, excentricidad? Cualquiera de ellos si lo que usted está buscando son datos para corroborar el grado de gastos al que pueden llegar ciertas personas.
Y ninguno de ellos, si lo que quiere es entender por qué la cocina es cada vez más central en la dinámica familiar.
Porque en este segundo contexto es anecdótico el precio del refrigerador, lo que importa es que las personas están cada vez más dispuestas a invertir en su cocina porque es ahí donde se reúnen con los demás miembros de la familia.
Es ahí, y no necesariamente en el living, donde están llegando los invitados. Y este es, probablemente, uno de los principales cambios de la vida puertas adentro que está experimentando la dinámica familiar
En Estados Unidos se habla de que es un lugar que "elimina las barreras estructurales y reúne emocionalmente a la familia", acá, de que para cuatro de cada 10 santiaguinos es la pieza principal de la casa (según el estudio TGI de Kantar Media Research) y donde, por la naturaleza de su función, se pierde la formalidad y la relación familiar toma un matiz más cercano.
Pero esta mirada es relativamente reciente, de hecho, los entendidos hablan de que esta reinterpretación de la cocina se viene gestando desde hace aproximadamente una década y obedece a los procesos sociales que hemos vivido: por un lado, el descenso de empleadas domésticas puertas adentro propició la llegada de los dueños de casa a la cocina.
Incluyendo a los hombres (según el estudio TGI, si en 2006, un 37% de los hombres santiaguinos decían que le gustaba cocinar, en 2011 esa cifra subió al 48%).
Y por otro lado, la masiva salida de la mujer a trabajar generó que hoy haya una mayor colaboración en torno a cocinar. Se comparten más tareas y hay menos tiempo, y el comedor de diario pasó a ser quizás el mueble de mayor uso en la cocina.
Eso no solo llevó a que se relajara la formalidad que imponía el comedor principal, sino que también contribuyó a que muchas instancias familiares, como por ejemplo, la supervisión de las tareas escolares, confluyeran en este lugar.
Pero hay más. La cocina no solo es el nuevo punto de encuentro. La misma informalidad ha derivado en que a los amigos se los invite ahora a iniciar la noche en la cocina y a ayudar en la preparación de la comida.
Más y Más Metros
Considerada a estas alturas como una de las piezas públicas de la casa, los cambios estructurales reflejan como progresivamente ha cobrado mayor importancia.
Así, por ejemplo, desde el 2000 hasta ahora han aumentado en un 20% los metros cuadrados dedicados a esa pieza, según la Inmobiliaria Manquehue e Inmobiliaria Aconcagua.
Y ya instalada como una suerte de carta de presentación, el aumento en metraje tiene un correspondiente aumento en la inversión para hacer de ella un lugar apto para ser mostrado y habitado a diario.
Así lo reflejan la empresa de la ingeniera industrial Francisca Livingstone y su socia Clarisa Elton, y la empresa Mobiart, que aumentaron su demanda para remodelaciones de cocina en un 50% en el último año.
Una demanda que en tiendas especializadas como Easy se traducen en que las ventas vinculadas a las remodelaciones de cocinas representan un 25% y aumentan a razón de 7% anual.
Hasta esas empresas de remodelaciones llegan clientas como María José Hurtado (39) que derribó muros, eligió los materiales de mejor calidad y el rojo para decorar.
Y que incluso compró un refrigerador, aunque tenía uno de apenas meses, para que combinara con el nuevo diseño.
Ahora, durante las tardes usa el comedor diario para hacer tareas con sus hijos mayores mientras los menores de tres años se entretienen en su propio espacio dentro de la cocina, equipada también con una mesa y repisa con juguetes, libros y tizas para ellos.
"La construcción y el diseño se acomodan a la realidad social del momento. La gente remodela porque hoy el verdadero usuario y dueño de la cocina ya no es la empleada doméstica, sino el propietario de la casa. Y en ese entendido, es un espacio que debe ser acogedor y de buena calidad. Por eso hay gente dispuesta a invertir mucho dinero en la remodelación", dice Ricardo Bagnara, miembro de la empresa Bagnara, Diseño Aplicado.
Un cambio que las inmobiliarias y constructoras tuvieron que entender. De hecho, según Inmobiliaria Manquehue, el costo en equipamiento y terminaciones se ha traducido en un aumento del 20% del costo relativo de la cocina respecto del costo total de construcción.
"Las piezas de servicio se achican para agrandar la cocina y se da la posibilidad para que la pueda usar como otra pieza más multifuncional. Como las cocinas son más amplias, se agregan más muebles y se mejora la calidad de materiales y cubiertas por la exigencia del cliente", dice Diego Croquevielle, gerente inmobiliario de la zona oriente de Santiago de Inmobiliaria Aconcagua.
La Resurrección del Comedor Diario
En este contexto, el comedor de diario es el mueble que, a su vez, más cambios ha sufrido.
"En los años 60 parten apareciendo los comedores de diarios debido a la inserción de la mujer al mundo del trabajo, comienza a dejar las labores domésticas, el valor del tiempo es más importante y las comidas son más rápidas porque aparecen los alimentos preelaborados", dice Pedro Álvarez, diseñador, historiador y académico de la U. Diego Portales.
A ese cambio también aluden en Estados Unidos cuando se habla de que la cocina es el lugar donde se eliminan las barreras estructurales, porque, en ese escenario, es el comedor de diario -y ya no aislados en sus respectivas piezas- donde los hijos estudian, navegan por internet y ven televisión. Es decir, de alguna manera se redirecciona y amplía su funcionalidad.
Por esto es que en la actualidad la mayoría de los que hacen remodelaciones en sus cocinas, piden a arquitectos y diseñadores incluir comedores o islas que tengan un sector que sirva para sentarse.
"Hoy en día hay una reinterpretación de ese comedor diario que surgió con la revolución femenina. Antes era para que uno se sentara a comer, ahora es para compartir algo no necesariamente relacionado con la comida", dice Carolina Briones, arquitecta y académica de la U. Diego Portales.
Y eso es justamente lo que buscaba Francisco Silva en su casa. Este abogado dedicado a la decoración desde hace 15 años, remodeló su propia cocina y se preocupó desde detalles como los cuadros hasta el aspecto que considera más importante.
"El comedor de diario para nosotros reviste mucha importancia. Desde compartir comidas y hacer tareas hasta celebrar cumpleaños. El lugar aglutinador de la familia", dice.
La Cocina con Delivery
Ya está claro que ahora la cocina es la protagónica ¿no? En ese entendido, lo que muchos se preguntan es si además de hacer más amable la cotidianidad familiar, el dinero invertido en un refrigerador especial o en una encimera a inducción es también reflejo de que los chilenos están cocinando.
Hay datos que podrían inclinar la balanza hacia un sí rotundo, como es que hay un notorio aumento del interés por productos gourmet y tiendas dedicadas a ello, por cursos de gastronomía para ambos sexos y, en forma correlativa, han aparecido una mayor variedad de revistas, canales de televisión y libros relacionados con la gastronomía que han tenido gran éxito en el mercado (la editorial Catalonia aumentó su venta en 30% desde 2009 a 2011 en libros de Anthony Bourdain y Sonia Montecinos).
Pero también están los datos que echan por tierra la teoría de los que apostaban por un aumento en la cantidad de comidas que se cocinan en la casa. En Telepizza el 50% del consumo de pizzas se realiza los días viernes, sábados y domingos.
Los platos de autoservicio para llevar como el sushi, que vende la cadena de supermercados Unimarc, aumentan sus ventas en un 60% los fines de semana y los locales de La Punta, que tiene comida para llevar, promedian sábados y domingos 300 boletas por negocio (son cinco), es decir, un aumento de más de 15% de las ventas del fin de semana con respecto de la semana.
Esto significaría decir que estamos destinando un alto presupuesto para remodelar un espacio que si bien es para cocinar, los fines de semana, cuando está toda la familia reunida es cuando menos se cocina.
¿Paradójico? Puede ser, pero es consecuente con los tiempos modernos: la función prinmordial de la cocina es ser un lugar para compartir.
Por eso en las remodelaciones de casas se derriban muros para que quede unida al living, comedor y hasta con la sala de estar.
Y casi el 100% de los departamentos de un dormitorio y cerca del 80% de los nuevos proyectos de Inmobiliaria Aconcagua que tienen dos piezas son con cocina americana debido a su demanda.
Parece que ya nadie quiere estar aislado en la cocina.