Expertos advierten consecuencias sobre la salud física y mental. Detectar a tiempo los primeros síntomas puede evitar que la tensión se convierta en trastornos que van desde dolor estomacal y de cabeza hasta cuadros ansiosos y depresión.
Por Paula Leighton, El Mercurio.
"Si ahora estás estresado, espérate a que seas adulto". La frase que muchos padres pronuncian sin dar mayor importancia a lo que experimentan sus hijos, podría ser un arma de doble filo.
"Existe bastante evidencia que muestra que los adolescentes de hoy experimentan más estrés que generaciones previas. Esto se ha podido determinar biológicamente a través de mediciones que revelan altos niveles de cortisol [hormona que se secreta como respuesta al estrés] y más trastornos del sueño", dice a "El Mercurio" el doctor Robert Blum, director del Depto. de Población, Familia y Salud Reproductiva de la Universidad Johns Hopkins.
La producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina es una de las reacciones generadas a nivel cerebral por el estrés. Estas causan aumento en la frecuencia cardíaca, elevan la presión sanguínea y aceleran el metabolismo.
En el caso de los adolescentes, esta respuesta se gatilla con más facilidad que en los adultos, porque ellos no tienen completamente desarrollada la corteza prefrontal, el área del cerebro que evalúa el peligro y genera la respuesta al estrés.
Por eso, agrega Blum, no manejar adecuadamente el estrés a esta edad "puede tener un impacto directo, al afectar el crecimiento y la habilidad de pensar y procesar información".
Estrés Tóxico
Uno de los riesgos es el llamado estrés tóxico, agrega Blum, aquel que es sostenido en el tiempo y que involucra los sentimientos de derrota, desesperanza y desamparo.
Éste puede dañar la salud física y mental, causando fatiga, debilitamiento del sistema inmune y mayor riesgo de infartos y cáncer. Además, a largo plazo eleva el riesgo de depresión, lesiones autoinferidas y suicidio.
"Por eso es importante consultar de forma precoz cuando aparecen los primeros signos de estrés (ver recuadro), ya que al volverse crónico puede derivar en trastornos del ánimo y causar secuelas más difíciles de manejar", advierte el doctor Elías Arab, psiquiatra infantojuvenil del Centro de Adolescencia y Juventud inaugurado esta semana en la Clínica Las Condes, con una videoconferencia del doctor Blum.
Arab señala que entre los motivos más frecuentes de consulta por estrés entre los adolescentes están las dificultades de adaptación social, especialmente dentro del grupo de pares, y la exigencia académica centrada en las notas más que en el aprendizaje.
A esto los expertos de Johns Hopkins agregan la presión por experimentar con drogas, sexo o alcohol; el divorcio de los padres; los conflictos familiares o con los pares; sufrir bullying o acoso sexual; el exceso de compromisos académicos, extraescolares y familiares y el tener padres que no los validan ni les entregan contención.
Ocho Signos a los cuales hay que estar Alerta
Algunas manifestaciones de un adolescente que ha sido sobrepasado por el estrés son:
* Quejas por cansancio, dolor de cabeza, estomacal o muscular.
* Alejamiento de personas y actividades habituales.
* Irritabilidad y comportamiento irascible.
* Llanto frecuente u ojos que se llenan de lágrimas.
* Cambios en las conductas alimentarias y de sueño.
* Dificultades para concentrarse.
* Sensación de desesperanza.
* Ansiedad crónica