Esta fue la conclusión de un estudio publicado en la American Sociological Review. El ramo más afectado es Matemática.
Por Reuters
Los niños con padres divorciados a menudo tienen un peor rendimiento que sus compañeros de clases de matemáticas y en lo que a relaciones sociales se refiere, y son más propensos a sufrir ansiedad, estrés y a tener menos autoestima, según una investigación estadounidense.
El investigador Hyun Sik Kim, de la Universidad de Winsconsin-Madison, dijo que el estudio mostraba que los efectos perjudiciales en los niños no empiezan hasta después de que los padres hayan comenzado su proceso de divorcio.
"La gente tiende a pensar que las parejas pasan por intensos conflictos matrimoniales antes del divorcio", dijo Kim, estudiante de un doctorado en sociología, en un comunicado.
"Mi teoría inicial era que los niños de divorciados experimentarían impactos negativos incluso antes de que el proceso formal de divorcio se iniciara. Pero mi estudio revela que este no es el caso", declaró.
El estudio, publicado en la American Sociological Review, está basado en datos de 3.585 estudiantes, desde preescolar hasta quinto curso, a los que se examina el impacto antes, durante y después del divorcio.
Kim comparó el progreso de los niños cuyos padres estaban divorciándose con el de los chicos de familias estables y comprobó que el desarrollo de los problemas continuaba después del divorcio. "El estudio revela que ese impacto negativo no empeora en la fase de post-divorcio, aunque tampoco hay muestras de que los hijos de divorciados puedan ponerse al día con sus compañeros", explicó Kim.
Añadió que el estudio de las matemáticas se veía particularmente afectado con el impacto del divorcio. “La lectura no es acumulativa. Pero con las matemáticas, tienes que entender las cosas para avanzar. Por ejemplo, si no entiendo que uno más uno son dos, entonces no entenderé una multiplicación", afirmó.
Atribuyó el desarrollo del problema en los niños a varios factores, incluyendo el estrés de vivir entre peleas, la potencial depresión de los padres, el modo de vida inestable, que se ven forzados a dividir su tiempo entre los padres y a las dificultades económicas de la familia.
"Los niños también pueden experimentar algunos signos importantes", dijo. "Los padres en proceso de divorcio tal vez no pueden fijar su atención en preocuparse por los hijos. Ellos pueden ser propensos a discutir con los hijos y creo que eso puede influir en el desarrollo de los niños", añadió Kim.