Por Neva Milicic, psicóloga.
Afortunadamente ya pasaron los tiempos en que la zurdería era considerada una desventaja y los niños eran presionados a escribir con su mano derecha.
El escritor español Javier Marías escribió en El País sobre el tema, reivindicando los derechos que tienen los zurdos como minoría.
Él mismo es zurdo y relata como dato anecdótico que cuatro de los últimos presidentes de los Estados Unidos, también lo eran: Ford, Bush, Clinton y el propio Barack Obama.
Los zurdos constituyen alrededor de un diez por ciento de la población que, en lo cotidiano, se ven inmersos en una cultura diseñada para las personas diestras. Hay una mayor proporción de hombres que mujeres.
Entre las actividades más frecuentes que son más fáciles para los diestros está el que nos damos la mano derecha al saludar; las tijeras están hechas para diestros al igual que los abrelatas.
Aunque actualmente hay muchos instrumentos confeccionados para zurdos, la mayoría de ellos no está disponible para ser utilizados cuando se los necesita.
De alguna manera, el vivir en un mundo programado para los diestros, produce más comunicación interhemisférica, lo que sería una ventaja.
Las herramientas culturales están hechas para diestros, las llaves, las puertas, la forma de dar vueltas las páginas de los libros y tantas otras cosas son más fáciles para los diestros.
A los niños zurdos les cuesta más aprender a cortar, a abrocharse los botones, y si quieren aprender a tocar un instrumento, también deben enfrentar una dificultad adicional.
Pero es en la escritura donde los zurdos tienen mayores dificultades en un comienzo; a pesar de ello pueden llegar a tener bonita letra.
Esta dificultad se debe a que, especialmente en la escritura cursiva, se requiere una posición de izquierda a derecha, lo que le crea especiales problemas a los zurdos, cuya tendencia natural sería escribir de derecha a izquierda, como sucede en algunos idiomas como el hebreo, o en el árabe.
Las indicaciones para enseñarles son simples. Es necesario que aprendan simplemente a poner la hoja en una dirección un poco inclinada hacia la derecha, o a poner el lápiz debajo de la línea, para evitar, tapar o borrar con la mano lo que han escrito.
Para facilitar el aprendizaje de la escritura, el padre o el profesor deben colocarse del mismo lado de la mano que el niño usa para escribir.
Sobre todo al comienzo, se recomienda utilizar un lápiz más bien grueso o colocarle unas gomas especiales que tienen por objetivo enseñar el diámetro los lápices. Esta sugerencia también es útil para los niños diestros que están iniciándose en la escritura.
Si hoy a nadie se le ocurriría obligar a un niño zurdo a escribir con su mano derecha, no se les tiene suficiente paciencia en el desempeño de sus tareas motrices, especialmente en la escritura.