Especialistas revisan los riesgos y beneficios. Son una herramienta útil frente a las emergencias, pero también un elemento de distracción y de riesgo, sobre todo cuando los aparatos cuentan con acceso a internet.
Por Andrea Manuschevich, El Mercurio.
Francisca Miranda tiene un hijo de siete años que cursa segundo básico. Y en la primera reunión de apoderados de este año, el tema "celular" -junto con el tema "Facebook"- fue el protagonista.
En esa oportunidad, la profesora contó que le había quitado uno de estos aparatos a un alumno porque estaba distrayendo la clase, y que ella no era partidaria del uso de celular a esa edad.
"Si necesitan comunicarse con sus hijos, me pueden llamar a mí", le dijo la profesora a los papás. "Los que tenían otros hijos mayores no estaban tan de acuerdo, pero los que no, teníamos una postura más conservadora del tema", recuerda Francisca.
"No es necesario y es muy riesgoso, porque ahora la mayoría de los teléfonos tienen internet y los niños quedan muy expuestos".
En el Reino Unido, los niños comienzan a tener sus propios teléfonos móviles a los ocho años, en promedio, y en Chile tampoco es raro ver a niños de esa misma edad -o entre uno y dos años más grandes- con un celular en sus manos.
"Ya no llama la atención verlos jugar con un celular en la sala de espera de consultas privadas y hospitales. El uso es masivo y trasciende las clases sociales", explica la doctora Valeria Rojas, presidenta del Comité de Medios y Salud de la Sociedad Chilena de Pediatría.
Conectados y Distraídos
Cuando tenía siete años, Vicente comenzó a pedir un celular. Todos sus hermanos mayores tenían uno y muchos de sus compañeros de curso también, sin embargo Carolina Schaffner -su mamá- decidió esperar y regalárselo para su cumpleaños número nueve.
"La condición fue que cuando él estuviera en la casa de un amigo o en otro lado, tenía que estar ubicable", cuenta Carolina. "Pero en realidad lo usa súper poco, con los compañeros todavía no se llaman, entonces me llama sólo a mí, y de repente es para sentir que lo usa".
Según explica la doctora Rojas, es importante que cuando los niños pidan un celular, los papás tengan una conversación con ellos y les pregunten por qué lo quieren realmente.
"Si después de esto consideran que no están listos para esta responsabilidad, es mejor decir no. El márketing ha convencido a los padres de que cada niño necesita un celular por su propia seguridad".
Aunque añade que cuando los niños comienzan a ir a fiestas, se van solos al colegio o bien en caso de emergencia, un celular es una buena herramienta de comunicación.
Por otro lado, Ana Marina Briceño, psiquiatra infantil de la Clínica Alemana, advierte de los efectos negativos que pueden generar los teléfonos móviles en los niños.
"Suelen tentarse con los videojuegos asociados, lo que puede distraer su aprendizaje o limitar sus interacciones sociales". También dice que es difícil que se acuerden de dejarlos en silencio en clases.
La especialista advierte que si de riesgos más graves se trata, se puede caer en una adicción al aparato o bien, si éste tiene acceso a internet, arriesgar que el niño tenga contacto con extraños o que baje contenidos no adecuados para su edad.
"Desde el otro extremo, existen padres sobreprotectores que utilizan el teléfono para controlar permanentemente a sus hijos. Los llaman en horas de colegio, lo que puede afectar la socialización del niño, además de volverlos más inseguros y tímidos", agrega Briceño.
12 años es la edad recomendable, según la Organización Mundial de la Salud, para tener un celular por primera vez. Aún no se tiene claridad del efecto de las ondas electromagnéticas en la salud de los niños y, por otro lado, a esa edad se empieza a tener más independencia.
1,5 horas diarias de lunes a viernes y 2 horas los fines de semana debieran destinar como máximo los niños al uso de pantallas, ya sea de televisión, computador, videojuegos o celular, según la Academia Americana de Pediatría.