Más de mil mujeres de entre 11 y 17 años participaron en investigación. Las adolescentes que ven estos programas se preocupan más de su aspecto físico y creen que los chismes y mentiras son algo útil.
Por Amalia Torres, El Mercurio.
American Idol, Jersey Shore, Project Runaway o The Hills. No importa qué reality show se sintonice. Según un estudio del Girl Scouts Research Institute (EE.UU.), realizado a 1.144 mujeres de entre 11 y 17 años, las seguidoras de estos programas actúan distinto que el resto.
Así, el 78% de ellas está de acuerdo con la afirmación "Los chismes son normales en una relación entre chicas". Sin embargo, entre quienes no ven estas series la afirmación es aceptada en un 54%.
Las jóvenes fanáticas de los realities también concuerdan en un 74% (versus 63%) con la idea de que las mujeres deben competir para conseguir la atención de un chico.
"Lo que aparece en la televisión sí tiene una influencia en los adolescentes, sobre todo cuando quienes salen en la pantalla tienen una edad parecida a ellos, son atractivos y famosos. Para los jóvenes se vuelven modelos", explica el psicólogo juvenil de Ser Joven, Fabio Sáenz.
¿Buena, yo?
"Las jóvenes que ven con regularidad programas del tipo reality son más proclives a ser malvadas o a mentir para conseguir lo que quieren. De hecho, un porcentaje más alto de estas niñas, comparado con las que no ven estos shows, están de acuerdo con las afirmaciones: 'Debes mentir para obtener lo que quieres' (37%, versus 24%) y 'Ser malicioso genera más respeto que ser simpático' (37% versus 25%)", según se lee en las conclusiones del estudio.
El estudio estadounidense también encontró que las televidentes de realities están más enfocadas en su apariencia física.
De hecho, tres cuartos de ellas (72%) reconocen dedicarle mucho tiempo a su apariencia, algo que ocurre en menos de la mitad de los casos (41%) de las que no siguen estos programas.
Eso sí, Sáenz es cauteloso: "El estudio no establece causalidad. No se sabe si las chicas más preocupadas de su apariencia son las que ven estos programas, por ejemplo, o si se vuelven así debido al reality ".
Sin embargo, los realities también tendrían un lado positivo. El 75% de las encuestadas reconoció que estos programas las han inspirado a conversar con sus padres y/o amigos. Y el 88% dice que las han hecho pensar que pueden lograr lo que quieran en la vida.
El psicólogo Fabio Sáenz también recuerda que en estos programas hay formas de comunicarse que pueden ser positivas.
"En el 'cara a cara' tenías la posibilidad de decir lo que quisieras, y eso lo he visto replicado en colegios. Pero ese 'cara a cara' puede ser bueno o malo. Si se aprende a decir las cosas que molestan de una manera no agresiva, está bien. No así cuando sólo se trata de una descalificación".
En ese mismo sentido, la psicóloga clínica de la UDP Daniela Carrasco agrega que la labor de los padres es esencial.
"El adulto tiene que ser un mediador y preguntarle al joven qué le parece lo que está viendo. Además, debe explicarle que hay matices en la naturaleza humana. Que la vida es más compleja que los realities".