Por Neva Milicic, psicóloga
Los cuadros de trastornos del desarrollo, que presenta uno de cada cinco niños, debieran representar un desafío no sólo para sus familias, sino también para todo su entorno social. No obstante, son negados o minimizados por gran parte de la sociedad.
Uno de los cuadros, que por razones que aún se encuentran en estudio, ha tenido un aumento significativo es el síndrome de Asperger.
El Asperger es una condición que no sólo acarrea dificultades, sino que se acompaña de talentos muy notables. Desafortunadamente, contamos con escasa bibliografía en español acerca del tema.
El libro de Jude Welton "¿Can I tell you about Asperger Syndrome?" constituye un excelente material psicoeducativo. La autora de este texto lo escribe en un lenguaje simple para niños y niñas de entre siete y 15 años que sufren de este síndrome.
Pero su alcance va más allá, dado que me parece especialmente útil para padres, profesores, hermanos, primos y compañeros de niños que han recibido este diagnóstico. En él se describen las dificultades y cómo podemos ayudarlos, pero también enfatiza sus fortalezas.
Quizás la característica central de los niños con Asperger es la dificultad para entender los sentimientos de las personas a partir de las claves no verbales.
Este libro nos permite comprender y nos advierte a los otros que es por este motivo que en ocasiones les cuesta entender lo que está pasando socialmente y, en esta misma línea, la ironía y las bromas les resultan incomprensibles.
Estos niños se sienten más cómodos en grupos pequeños o en la relación uno a uno, ya que el exceso de estímulos los hace sentirse sobrepasados.
En contraste, sus habilidades para áreas como la computación, las habilidades espaciales, las matemáticas y la historia son notables.
Recuerdo haber atendido a un niño de 12 años notablemente instruido en los reyes de Francia, que fue capaz de observar una flor de Lis en un pequeño vitraux que había en la consulta, en el cual ninguno de los profesionales que allí trabajaban había reparado y que es el símbolo de uno de los reyes de Francia.
Su memoria es, en muchos casos, asombrosa y les será de gran utilidad en su desempeño profesional.
Otro factor que hace a los niños un poco diferentes es su sensibilidad sensorial, tanto olfativa y táctil, pero particularmente auditiva.
Como todos nosotros, pero en un grado mayor, los cambios los perturban enormemente y cuando las cosas no caminan en la forma esperada pueden descontrolarse.
Cuando es necesario hacer cambios es de la mayor importancia explicárselos pausadamente, para que puedan prepararse. Si existe la anticipación, la adaptación irá mejor.
Aprender sobre las características que hacen parte de esta condición puede ayudar a los adultos que están a cargo de su educación a compensar sus dificultades, potenciar sus fortalezas y a favorecer una actitud de mayor aceptación.