El
darles o no mesada a los hijos es una decisión que cuesta tomar. Sin embargo,
muchas familias ven en este acto una oportunidad para que los niños conozcan el
valor del dinero y se responsabilicen por su uso.
Por Bío Bío
Para Claudio Boza, docente de la
Escuela de Psicología de la Universidad Mayor, lo recomendable es “comenzar a
entregar una suma pequeña a los 8 ó 10 años, nunca mucho dinero porque pueden
utilizarlo mal, y los padres deben orientar a los niños para ser inteligentes
financieramente, ya que la relación emocional con el dinero puede ayudarlos a
moderar sus deseos, desarrollar su voluntad, ponerse metas y enfrentar
riesgos”.
En relación a este tema, el
especialista entregó 6 consejos a los padres para que entregaran de una forma
positiva las mesadas a sus hijos:
1.- Paralelo a la entrega de
dinero, es importante estimular la creatividad y el emprendimiento en los
niños, enseñándoles a pensar cómo obtener lo que quieren de manera correcta y
no sólo esperando que alguien les entregue dinero.
2.- Limitar qué se les permite comprar con el dinero, adecuándolo a los valores familiares y siguiendo las prácticas de muchos padres que estimulan el ahorro y entregan intereses anuales de lo reunido, o depositan una suma igual a la que ahorraron en su cuenta de ahorro.
3.- La mesada debe ser para
gastos propios de los niños y no para comprar útiles, comida, ni para
movilizarse, ya que estos son deberes de los padres.
4.- No es recomendable entregar
dinero a cambio de tareas ya que los niños se acostumbrarán a hacer deberes
domésticos por dinero, teniendo la ilusión de que se les debe pagar por sus
tareas, y puede que después no quieran cumplir con sus tareas en el colegio.
5.- La mesada deberá ser limitada
en valor y conversada de acuerdo a las posibilidades económicas de los padres,
estableciendo de antemano la frecuencia de entrega (semanal, quincenal o
mensual).
6.- Respecto de esto, es muy
importante cumplir con los pagos en términos de fecha y monto ya que en opinión
se debe respetar el compromiso adquirido entre padres e hijos para generar una
confianza y transmitir modelos de responsabilidad.
Pese a los consejos, siempre será
una opción para los padres no dar una mesada, por considerar que cubren todas
las necesidades de los niños o porque prefieren no entregar tanta
responsabilidad a sus hijos y exponerlos a riesgos innecesarios. Lo que está claro
es que en esta decisión, la última palabra la tienen los padres.