Efecto de las
consolas e internet. Crear juegos con historias fantasiosas les ayuda a
autorregular sus sentimientos y a aumentar la creatividad. Por eso, dejarles
tiempo para que se entretengan por su cuenta sigue siendo básico para el
desarrollo, apunta un nuevo estudio.
Por
Amalia Torres, El Mercurio.
Durante
23 años, Sandra Russ, profesora de psicología en la Case Western Reserve
University (Ohio, EE.UU.), les ha pedido a más de 800 niños de entre seis y
diez años que se sienten y jueguen con títeres y bloques por cinco minutos.
Sin
que ellos lo noten, Russ y su equipo graban un video de cómo el niño se
entretiene con estos objetos. Y ahora, después de analizar todo ese material,
se dio cuenta no sólo de que todos lo pasan bien con estos juguetes sencillos,
sino también de que los niños actuales son los más imaginativos a la hora de
jugar.
"Me sorprendió mucho el resultado -dice a "El Mercurio" Sandra Russ-. Para saber qué tan imaginativos eran, usamos una escala del 1 al 5. Así le dimos distintos valores según al uso que le daban a los bloques (si los usaban como teléfono, edificios, telescopios, etc.), y a la cantidad de fantasía y novedad que tenían sus historias. Y las puntuaciones fueron más altas para los niños actuales que para los de décadas anteriores".
Según
explica la experta, la tecnología estaría ayudando a este resultado. "Creo
que los videojuegos e internet, así como la complejidad del mundo en que viven,
les exige mayor imaginación".
Con
ella coincide la psicóloga infantil de la Universidad Católica, Chamarrita
Farkas: "Antes, la variedad de juegos era más limitada. Hoy, en cambio, se
puede acceder a cualquier realidad virtual y se les plantean más mundos
posibles. Hay cosas buenas y malas de la modernidad. El exceso, es decir,
pasarse varias horas al día viendo televisión, por ejemplo, es malo. Pero una
tecnología bien aprovechada es útil para el desarrollo cognitivo".
Tiempo de Ocio
Eso
sí, tanto Farkas como Russ coinciden en que el tiempo de ocio sin una pauta ni
actividades que guíen los juegos infantiles, es fundamental. Sin embargo, son
pocos los padres que siguen esa regla.
"Hoy
los niños tienen jornadas escolares más largas, que muchas veces no considera
hacer las tareas ni estudiar en el colegio. Y a eso hay que sumarle las
actividades extracurriculares, lo que hace que estén muy estresados por las
distintas exigencias. Y, por otro lado, los padres sienten que tienen que estar
entreteniendo al niño. En los cumpleaños, por ejemplo, antes bastaba con que
hubiera cosas ricas y una pelota. Ahora es con una monitora y todo es más
estructurado", dice Farkas.
Según
la experta, darle al niño espacio para aburrirse es clave. "Si quiere
echarse a mirar un árbol, no hay que verlo como que está perdiendo el
tiempo".
"Ellos
necesitan tiempo muerto, al igual que los adultos, para permitir que su mente
vague. Para soñar despiertos. Y para jugar a ser otros, porque también expresan
emociones en el juego y aprenden a manejar las emociones", agrega Sandra
Russ.
La
psicóloga y consultora de Unicef en Desarrollo Infantil Temprano, Francisca
Morales, recuerda, además, que los padres muchas veces confunden jugar con
llenar a los niños de juguetes. "Sin embargo, lo importante es que tengan
tiempo y un lugar seguro, además de la posibilidad de interactuar con otros
niños o adultos en el juego".