Por
Neva Milicic, psicóloga
Nadie
discute el valor que tiene la lectura para ampliar la mirada de la realidad ni
de cómo esto prepara a los niños en la aceptación de la diversidad cultural.
Basta
recordar el maravilloso libro "La cabaña del tío Tom" y la impresión
que nos produjo en nuestra niñez o las conversaciones que tuvimos sobre el
libro "Mujercitas".
Estos
y muchos otros son libros que los niños y las niñas leen con ojos maravillados,
porque les abren un mundo fantástico, pero en el cual se intuye que hay mucho
de real, lo que puede tener un impacto decisivo en su vida.
A través de la lectura, ellos pueden abrirse al mundo con los ojos del asombro, lo que se observa por primera vez
Las
lecturas conectan emocionalmente al lector con otros mundos, dan tiempo para
experimentar sus emociones y elaborarlas en el diálogo.
Las
conversaciones iniciadas en la infancia de libros bien elegidos dejan una
huella imborrable de esa etapa de la vida. Son una poderosa herramienta para
dejar a los niños maravillarse con esas realidades, reconocerlas y valorarlas.
La
identidad se forma del reconocimiento de quiénes somos y de alguna manera se
dibuja por las semejanzas y diferencias con los otros. En un libro como
"Papelucho", una niña podrá verse reflejada en las reflexiones que el
niño escribe.
Al
leer "El diario de Gregg" abrirá su horizonte a la vida cotidiana de
un niño estadounidense, pero que tiene las mismas necesidades emocionales que
un niño del otro extremo del continente.
También
está el encuentro entre dos culturas en "Mi amigo el Negro", de
Felipe Alliende.
Recuerdo
los encuentros semanales de dos adolescentes de una población de Santiago que
viajaban imaginariamente por el mundo.
Esta
reunión les producía una enorme felicidad, les mostraba un mundo tan diferente
al que vivían, pero en el que, sin embargo, podían habitar en una experiencia
compartida.
Thomas
Wren plantea que leer y discutir literatura multicultural promueve el logro de
una mayor sensibilidad moral: "Enseña que la vida es compleja, que los
juicios apresurados son irresponsables, que las personas aunque sean diferentes
tienen sentimientos semejantes".
Para
lograr una apertura a la diversidad, es esencial la elección de los textos,
permitiendo a los niños grados de libertad dentro de una propuesta atractiva.
¿Qué está leyendo tu hijo y qué libros le han gustado? es una pregunta que
podría estar presente en la conversación de los padres.
A
la mayoría de los niños les gusta leer sobre países, lo que puede ser una buena
oportunidad para incorporar en ellos, además del placer de leer, una actitud de
valoración ante las diferentes culturas.