Las personas empiezan a ver como normales esos
comportamientos. Fumar, hacer ejercicio, comer en exceso y hasta el estado
anímico son conductas que se copian con facilidad. En parte se debe a la
necesidad de encajar en un grupo.
Por
Amalia Torres, El Mercurio.
"Si
tus amigos son obesos, tu riesgo de serlo es 45% mayor que si no lo fueran. Si
los amigos de tus amigos son obesos, el riesgo de que tú tengas obesidad es 22%
mayor; y si los amigos de tus amigos de tus amigos son obesos, tu riesgo es 10%
mayor".
Con
estas cifras como ejemplo, Nicholas Christakis, científico de la Universidad de
Harvard, expuso en las charlas TED lo que él llama "la influencia oculta
de las redes sociales".
En
la misma presentación, Christakis asegura que hace más de 10 años, mientras
estudiaba el efecto de la muerte en los seres queridos, empezó a ver el mundo
como una serie de redes interconectadas.
La hija de una paciente terminal estaba muy agotada con todo el proceso, pero también lo estaba su marido.
Un
día, Christakis recibió una llamada telefónica. Era un compañero del marido
para decirle que él estaba deprimido por lo que le pasaba a su amigo. "Ahí
empecé a ver el mundo de una forma totalmente distinta", asegura.
Sus
trabajos sobre las relaciones humanas y cómo influyen en el comportamiento de
las personas han sido aplaudidos en todo el mundo.
Según
explica, "los seres humanos forman un superorganismo, que es una colección
de individuos que muestran comportamientos que no se pueden reducir al estudio
de los individuos".
Así,
dice Christakis, no sólo el peso es "contagioso", las emociones y
hábitos también.
Drogas y Alcohol
Otros
estudios han demostrado lo mismo. Según una investigación realizada por el
Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y
Alcohol, Senda, el principal factor de riesgo para el consumo de marihuana en
escolares es la opinión favorable de los pares.
Es
decir, si a los amigos les parece bien, aumenta en 61% la probabilidad de
consumirla.
Además,
un estudio hecho por la U. de Cincinnati a hombres y mujeres casados o en una
relación por más de ocho años, concluyó que las parejas son una influencia
directa para hábitos pocos saludables, como consumo de tabaco, alcohol, malos
patrones de sueño, sedentarismo y una dieta poco balanceada.
De
hecho, si uno de los miembros de la pareja tiene alguno de estos hábitos,
existen grandes probabilidades de que la otra persona los desarrolle.
Según
el doctor Luis Risco, director de Psiquiatría del Hospital Clínico de la U. de
Chile, uno de los motivos por los que los seres humanos coordinan sus acciones
con las de otros es la necesidad de pertenencia.
"Necesitamos
pertenecer a alguna comunidad, sea ésta étnica, religiosa, ideológica,
iniciática o de cualquier otra índole, para sentirnos cómodos. Para pertenecer
se deben reconocer los códigos y costumbres, y hacerlos propios. Por ello es
que las conductas y hábitos son contagiosos: porque manifiestan o ratifican una
pertenencia, necesaria para cada cual. Así es como se propagan hábitos, algunos
saludables y otros nocivos".
Nicholas
Christakis agrega que el "contagio" también tendría otra explicación.
"Cuando
uno tiene un amigo que sube de peso la probabilidad de que uno lo haga en ese
periodo aumenta un 57%. Un motivo para engordar es porque nos dice 'vamos por
muffins y cervezas'. Claramente una mala combinación, que nos hace subir de
peso, como él. Pero otra explicación es que cuando ellos cambian su masa
corporal, uno empieza a cambiar su idea de cuál es el tamaño corporal
aceptable".
Con
él coincide la psicóloga de la Clínica Alemana Carolina Ebel. "Los grupos
normalizan ese tipo de conductas".
Eso
sí, Ebel apunta a que la influencia también puede llevar a las personas a
desarrollar hábitos saludables, como hacer más ejercicio, comer de manera sana
o dejar el cigarro.
Aprender a decir que No
Aunque
influenciarse por las conductas del resto es esperable en todas las edades,
"hay personas más susceptibles de imitar conductas: son quienes tienen
menos consolidada su personalidad y son más vulnerables a las opiniones",
dice la psicóloga Carolina Ebel.
Para
evitar caer en conductas viciosas, agrega, hay que buscar grupos con hábitos
saludables. Si se trata de la pareja, una buena idea, dice, es ponerse pequeñas
metas. "Por ejemplo, decirse, 'no voy a prender un cigarrillo cada vez que
mi pololo lo haga'".