IX Estudio Nacional de Drogas en población escolar. Especialistas
apuestan por focalizar las campañas preventivas en los grupos más duros y por
educar e involucrar a la familia como medidas clave para reducir la ingesta
exagerada.
Por
Sebastián Urbina, El Mercurio.
Todos
coinciden en destacar como algo positivo el hecho de que los más jóvenes
consideren arriesgado beber alcohol a diario y embriagarse.
Un
dato aparecido en el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar realizado
en 2011, el cual se efectúa cada dos años desde 2001 y cuyos resultados se
dieron a conocer el lunes.
Pero, a pesar de este cambio de actitud de los adolescentes de 8° básico a 4° medio, el consumo de alcohol no ha bajado y se mantiene en alrededor de un 35% de los consultados, que reconocen haber bebido al menos una vez el mes anterior.
"Aunque
se ha estabilizado el consumo, los niveles son muy altos todavía", dice
Francisca Florenzano, directora nacional del Servicio Nacional para la
Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).
En
su opinión, "no podemos dejar de aspirar a bajar estas cifras, ya que
estamos hablando de menores de 18 años que se están desarrollando en lo
biológico y en lo social".
Quizás
lo más preocupante es que, de los que bebieron, el 64,3% dijo haber tomado
cinco o más tragos en una sola ocasión.
"Este
es el foco sobre el que debemos reflexionar y trabajar. Porque este 'borrarse'
refleja problemas de hábitos sociales, son jóvenes que no pueden relacionarse
si no están desinhibidos por el alcohol", explica Florenzano.
Y
en esto hombres y mujeres se han ido igualando. "Es una cifra
triste", reconoce, "ya que ellas se emborrachan con más facilidad y
se exponen a problemas de violencia".
El
doctor Rolando Chandía, profesor de Psiquiatría de la U. de Chile, utiliza un
adagio para ilustrar esta situación: "'Con el alcohol los hombres hacen
cosas y a las mujeres les pasan cosas', que es un dicho que refleja el hecho de
que al beber, ellas se exponen a más riesgos", dice el médico, director de
la Clínica de Adicciones Alfa.
Carrete y Sobreconsumo
"El
problema es que el tema del carrete asociado a un sobreconsumo de alcohol está
instalado en el país", advierte el sociólogo Raúl Zarzuri, director del
Centro de Estudios Socioculturales (Cesc).
Este
especialista en culturas juveniles reconoce que el aumento de la percepción de
riesgo respecto del embriagarse "es un cambio de actitud importante, pero
habrá que ver si se sostiene en el tiempo".
Por
eso, para él es importante tener políticas más focalizadas en los grupos de
consumidores duros.
La
directora del Senda destaca otro indicador. "Vemos que cuando los padres
desaprueban el consumo y lo argumentan en el contexto de una conversación de
calidad con sus hijos, esos niños consumen menos".
Para
Zarzuri, el tema de la familia es central: "Que conversen sobre el alcohol
en una situación de convivencia, sin negar el consumo, que es algo normal, ya
que lo anormal es el consumo excesivo".
El
doctor Chandía advierte que es fundamental "evitar eso del padre 'buena
onda', los que beben a la par con los hijos y pierden toda autoridad sobre
ellos".
Para
este especialista es clave tener padres involucrados, pero también que la
educación sobre estos temas sea obligatoria.
"Asimismo,
limitar cierta publicidad, muchas veces ligada al consumo que tienen los
protagonistas de algunos realities de la televisión", agrega.
Hay
que hacer otra distinción, según Zarzuri: "El problema no son los jóvenes,
sino que el consumo como tal. Y el problema también es que hay adultos que se
restan y no conversan de este tema, por un temor a la mala imagen. Algo que
también sucede con otros tópicos, como la sexualidad".
"Debemos
hablar de este tema y potenciar el trabajo preventivo que involucre a los
adultos", concluye Florenzano.
"Mejor
forma de prevenir el consumo de alcohol es con padres que predican, pero que,
además, practican y lo hacen conversando con afecto con sus hijos. Es decir,
que son un modelo integral", Dr. Rolando Chandía, profesor de Psiquiatría,
U. de Chile.