La actividad física sería la clave. Son personas
excedidas de peso que, sin embargo, no tienen factores de riesgo
cardiovascular. Pero no hay que confiarse, porque existen otras patologías
asociadas a los kilos de más.
Por
Cristián M. González S. El Mercurio.
La
tradicional idea del "gordito sano" puede que no sea un concepto tan
erróneo después de todo: diversos estudios en los últimos años han demostrado
que hasta un tercio de las personas obesas son, curiosamente, saludables
metabólicamente.
Es
decir, tienen sus niveles de colesterol, hipertensión o glucosa, por ejemplo,
tan normales como los de alguien con un peso adecuado.
Este fenómeno de personas que, pese a superar con creces los kilos considerados saludables, no presentan factores de riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes genera cada vez más interés médico.
"Es
bien conocido que la obesidad se vincula a un gran número de enfermedades
crónicas. Sin embargo, hay un subtipo de personas obesas que parecen estar
protegidas de estas complicaciones", explica el doctor Francisco Ortega,
de la Universidad de Granada (España).
Ortega
es el autor principal de un estudio multicéntrico que ha seguido a más de 43
mil personas en diferentes países y parte de cuyos resultados publica hoy la
edición online del European Heart Journal.
"La
investigación surge a raíz de un trabajo de revisión anterior en el que se
describían las características de un grupo de gente llamados metabólicamente
sanos, pero obesos. En ese artículo se describían muchos factores, pero no se
mencionaba la posibilidad de que el estado físico en este grupo influyera en su
mejor perfil metabólico", explica el doctor Ortega a "El
Mercurio".
Precisamente,
la investigación -en la que también participan el Instituto Karolinska de Suecia
y la U. de Carolina del Sur de EE.UU.-, se centra en la importancia del
ejercicio para explicar esta paradoja.
Mediante
diversos exámenes físicos y de rendimiento cardiorrespiratorio se vio que los
obesos que realizan actividad física regular y, por tanto, son metabólicamente
sanos, reducen de 30% a 50% su riesgo de morir por enfermedad cardiovascular o
por cáncer, en comparación a un obeso tradicional.
Además,
el riesgo en el primer grupo no es significativamente diferente al de una
persona con peso normal.
Aunque
no implique una reducción de peso, "creemos que el ejercicio tiene una
amplia y positiva influencia sobre los principales sistemas y órganos del
cuerpo y, consecuentemente, contribuye a un estado metabólico saludable,
incluso en personas obesas", dice Ortega.
Para
el doctor Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana, estos resultados
enfatizan la importancia de realizar actividad física para prevenir
enfermedades cardiovasculares.
"Existen
personas delgadas sedentarias o que no tienen un nivel de ejercicio adecuado y
que tienen un riesgo metabólico y cardiovascular mayor que un obeso que sí se
ejercita", precisa.
El
doctor Fernando Carrasco, jefe del Departamento de Nutrición de Clínica Las
Condes, plantea que junto a la actividad física otros factores que pueden
incidir en la mejor salud de estos obesos son la distribución y cantidad de
grasa corporal, en la que tal vez exista más masa muscular y menos grasa
visceral (que se acumula sobre todo a nivel abdominal).
"En
parte podría estar determinado genéticamente, según las características del
tejido adiposo que permite a algunas personas aumentar sus depósitos de grasa
sin generar cambios inflamatorios que desencadenan otras patologías",
aclara el experto.
No
obstante, los especialistas concuerdan en que esta noticia no debe ser una
excusa para los obesos. "La obesidad tiene otros efectos, como mayor
riesgo de cáncer, de problemas osteoarticulares, apneas del sueño o
colelitiasis (cálculos)", dice Carrasco.
Además,
a largo plazo es posible que un obeso "sano" termine por desarrollar
complicaciones metabólicas.
Casos
Entre
el 7% y hasta el 40% de los obesos, según diversos estudios, pueden ser
metabólicamente sanos.