Rol de los padres. Para evitar víctimas y
victimarios hay que enseñarles el valor de la intimidad, de hablar cara a cara
y de que nada es privado en internet.
Por
Camila Sandoval C., El Mercurio
Hace
unos días, una adolescente de 14 años se lanzó del séptimo piso de su edificio
en Viña del Mar. Según denunciaron sus compañeros de colegio, fue porque no
aguantó más las amenazas que recibía a través de las redes sociales. Ella se
encuentra hospitalizada fuera de riesgo vital.
Historias
como esta impactan a una sociedad con jóvenes híper conectados a sus celulares
y a las redes sociales. Un estilo de vida que es caldo de cultivo para el
ciberbullying, el que, como se ve día a día, tiene graves consecuencias.
Signe
Whitson es una terapeuta de adolescentes y columnista de The Huffington Post
que propuso cinco reglas para formar a los niños bajo las normas de una
"netiqueta" que les enseñe a evitar la crueldad en internet.
Aprovechar
casos de la contingencia ayuda a los padres a iniciar una conversación sobre el
ciberbullying, recomienda Magdalena Urzúa, directora comunicacional de
Fundación QuéVeo.
La
"netiqueta" que propone Signe Whitson tiene como base adultos
conscientes de los peligros en línea que existen para los niños. Pueden ser
acosadores anónimos o esos amigos-enemigos (los frenemies en inglés) que
manipulan al resto.
"Es
clave que les hablen del valor de la intimidad, que les enseñen que no es
necesario contarlo todo. Primero hay que pensar qué comunicar, a quién y por
qué", aconseja Urzúa.
La
primera norma que propone Whitson es elegir las palabras adecuadamente . Los
niños deben comprender que si no quieren decir algo cara a cara, tampoco se
debe decir a través de mensajes de texto o a través de internet.
Además,
la persona que lee el mensaje no puede ver sus expresiones o escuchar su tono
de voz por lo que podrá tener múltiples interpretaciones del mensaje.
Deben
entender que internet no es un arma. "Es injusto chismear sobre otras
personas sin que ellas puedan defenderse. Las redes sociales no pueden usarse
para excluir a otro porque es diferente o piensa distinto", escribe
Whitson.
Siempre
hay que saber de quién es el mensaje que se recibe. Cuando un remitente es
anónimo es mejor ignorarlo.
Inculcarles
a los niños el pensamiento "qué diría mi mamá/papá si viera esto" es
la cuarta regla y ayuda a los niños a reflexionar sobre lo que escriben y
publican.
"Lo
que sucede en el ciberespacio queda en el ciberespacio para siempre. No hay
ningún mensaje, foto o video privado porque es muy fácil guardar, copiar, pegar
y difundir a miles de personas", advierte Signe Whitson en su blog.
Por
último, la quinta regla es que los niños puedan pensar dos veces antes de
publicar algo en el mundo de la instantaneidad.
"Estimular
en los hijos el pensamiento crítico para que evalúen qué información e imágenes
son adecuadas para compartir y de dónde proviene la información que les llega a
su correo", concluye Magdalena Urzúa.