Investigación analizó a más de 1.300 menores. Aunque
hay una gran brecha entre los adultos de ambos países, hasta los 14 años,
quienes viven en Chile dicen sentirse incluso más satisfechos con su colegio y
hermanos.
Por
Amalia Torres
Los
niños que viven en Suecia, el cuarto país más feliz del mundo según datos de la
ONU, son igual de felices que los niños chilenos. Esto, a pesar de que los
adultos de nuestro país se ubican en el lugar número 43 del mismo ranking.
Así
lo demostró un estudio encabezado por la U. de los Andes, en conjunto con
investigadores suecos y estadounidenses, quienes evaluaron el nivel de
satisfacción vital de 729 niños chilenos de entre 8 y 14 años, de colegios
privados, subvencionados y municipales, y los datos de 623 escolares suecos.
Según explica Lisa Clefberg, académica de la Escuela de Psicología de la U. de los Andes, quien encabezó la recolección de datos en el país, los niños fueron evaluados en diez áreas de satisfacción (padres; hermanos; primos; colegio; profesores; amigos; tiempo de juego; salud; autorrespeto y hogar).
"Los
resultados fueron sorprendentes. Pensábamos que si los adultos de Suecia
aparecen como dentro de los con mejor calidad de vida en el mundo, esto se
replicaría en los niños. Sin embargo, notamos que hay diferencias. De hecho,
aunque los niños de ambos país en general tienen el mismo grado de
satisfacción, hay áreas en las que los niños chilenos están más
satisfechos".
La
escala de medición iba de cero a seis, y según se vio, en los ítems
relacionados con hermanos y colegio, los chilenos obtuvieron puntajes más
altos.
Así,
por ejemplo, si le dieron 3,44 puntos a su satisfacción con la escuela, los
suecos promediaron 2,69. En la satisfacción en la relación con sus amigos, en
cambio, los escolares chilenos promediaron 4,91, mientras que los suecos, 5,19.
"Esto
podría ser un reflejo de la orientación a la familia nuclear que parece existir
en la sociedad chilena", agrega la investigadora.
Según
la especialista, eso sí, aunque los niños chilenos tienen puntajes que
demuestran estar tan contentos con su vida como los suecos, mientras más
crecen, menor es su puntuación, lo que podría demostrar por qué en la adultez
las diferencias son tan grandes.
"El
promedio general de satisfacción alcanzado es de 4,27 puntos en nuestro país y
los niveles más altos se encuentran en el tramo de edad de 8 y 10 años (4,62
puntos). Sin embargo entre los 11 y 12 años las valoraciones caen a 4,13 puntos
y luego, entre los 13 y 14 años, a 3,92 puntos. Esta clara disminución
longitudinal de las puntuaciones estaría relacionado con aspectos del
desarrollo psicológico y social del niño, y particularmente con cambios en los
grupos de referencia", dice Clefberg.
Es
decir, si un niño de cerca de ocho años sólo se compara con su barrio, cuando
más grande considera a grupos más extendidos.
"Es
posible que disminuya el grado de satisfacción relativa al notar diferencias
importantes entre lo que posee y lo que observa en este medio extendido, en
cuanto a cualidades o atributos valorados por el niño y su familia",
agrega Clefberg.