"Tener metas energiza y hace más fácil cumplir
con los propósitos que nos favorezcan".
Por
Neva Milicic, psicóloga
En
muchas ocasiones hemos oído describir a niños o a adolescentes como carentes de
fuerza de voluntad o, por el contrario, referirse a ellos como poseedores de
una tremenda fuerza de voluntad.
En
esas apreciaciones existe una valoración clara de ser constante en los
esfuerzos, de ser capaz de postergar una gratificación y dejar de hacer algo,
porque se tiene conciencia de que ello es necesario para obtener éxito en lo
que se emprende.
Este
antiguo concepto -aunque puede tener un poco de olor a naftalina- es
indispensable en la formación de los niños.
Sin
embargo vale la pena, cuando se posee la voluntad de trabajar por lo que se
desea lograr. Ello constituye sin duda una importante fortaleza.
La
voluntad es una característica de personalidad de gran relevancia, por ejemplo
cuando se desea subir las notas, bajar de peso o levantarse temprano en la
mañana o conseguir un logro deportivo.
Para
ayudar a los niños que empiezan su escolaridad a entender lo que es la fuerza
de voluntad, recomiendo leer en forma conjunta con ellos el libro "Sapo y
Sepo, inseparables" de la serie de Sapo y Sepo, del celebre escritor
americano Arnold Lobel, quien ganó con el primer libro de esta serie el famoso
premio Caldecott.
En
esta historia, Sepo hace unas deliciosas galletas, las mejores que nunca había
comido Sapo. Y a pesar de que quisieran hacerlo no pueden parar de comerlas, y
Sapo concluye "Tenemos que tener fuerza de voluntad".
"¿Qué
es eso?", pregunta Sepo, y ésta es la genial definición que entrega el
libro:
-Fuerza
de voluntad -dijo Sapo-, es proponerse en serio no hacer algo, que es lo que de
verdad quieres hacer.
-¿Por
ejemplo, proponernos en serio no comer todas esas galletas? -preguntó Sepo.
-Eso
es -contesto Sapo.
Y
los dos amigos comienzan a inventar una serie de estrategias para no comerse
las galletas, hasta que encuentran una, que les permite cumplir con su
objetivo.
Conversando
sobre este concepto después de releer la definición con una niña de educación
básica, ella infirió rápidamente: "En mi caso tener fuerza de voluntad es
dejar de jugar en el computador cuando tengo que leer, mientras la mamá acotaba
que para ella era dejar de leer cuando tenía que levantarse, y el papá dijo que
para él implicaba tener que ponerse a hacer ejercicio, para lo que tenía que
dejar su sillón preferido.
Ciertamente
ser capaz de autoregularse, en el sentido de tener autocontrol, es un elemento
importante en el tener fuerza de voluntad, pero también, y quizás más decisivo,
es el proponerse metas a lograr.
Tener
metas energiza y hace más fácil cumplir con los propósitos que nos favorezcan.
La
motivación de saber por qué se hace algo o por qué se deja de hacer es un
factor fundamental en gatillar la voluntad para ponerse en la tarea, así como
tener confianza en que es posible lograrlo.
Aplicar
la fuerza de voluntad al logro de objetivos supone tener claro porqué se hace y
que ello es posible.